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Este es un escrito que vienen presentando un grupo de productores y profesionales, del que luego de supervisiones presentan informes a las autoridades. Hacen acá un llamado a unirse gremios y sociedad en general frente a una afectación latente que pudiera devenir en un hecho lamentable

En noviembre del 2021, pleno descenso del río Orinoco, se expuso en medios noticiosos locales y nacionales el estado deplorable de las obras que amparán de las inundaciones del río al 80% de la población del Estado Delta Amacuro (EDA), asunto que se ha venido planteando desde el año 1993 a los gobiernos de turno. Seis meses después, mayo del 2022, cuando no quedaba tiempo para trabajar pués el río ya estaba en ascenso, el Ejecutivo Regional despeja y mejora el aspecto en 7 Km (8%) de los 94 que tiene el muro de contención. Tal maquillaje, según profesionales en la materia, además de ser un desperdicio va contra todas las normas de ingeniería para este tipo de obras.

Año tras año el deterioro se acentúa y hoy la merma de los componentes del Sistema de Protección de Inundaciones es alarmante. Así tenemos:
1.- Las cárcavas, tubificaciones y demás espacios vacíos por donde fluye agua –en los 94 Km del muro contención– hacia el área donde se asienta la población son cada vez más numerosas y de mayores proporciones.
La disminución de altura del muro en diversos sectores, hasta de un metro y más, lo expone a ser superado por las aguas, tal y como aconteció en el 2018 en el tramo «Los Güires»,
2.- Hoy en «Boca de Macareo» el Sistema casi cuenta con el relleno hidraúlico (arena) que lo protegía, junto el espigón o «tabique» de rocas ya desaparecido, de los efectos erosivos de las corrientes del caño del mismo nombre,
3.- Las grandes socavaciones alrededor de la estructura de control o «cierre», detectadas en el 2006 y no corregidas, atentan contra su estabilidad,… y EL CIERRE ES NUESTRA ÚNICA SALIDA VÍA TERRESTRE,
4.- La extraordinaria sedimentación《aguas arriba》de la infraestructura por 56 años, incrementa significativamente los niveles de inundación.

HOY CON LO QUE CONTAMOS PARA ENFRENTAR A UN ORINOCO CRECIDO EN SU AMENAZA –a raíz del Cambio Climático– de derribar lo que le estorbe para volver a sus espacios,.. ES LO QUE NOS QUEDA DE LA OBRA, después de haber contenido 56 crecientes en medio de 40 años de descuido y abandono… Es decir un《remedo》, nomás, de la infraestructura puesta en servicio hace más de 1/2 siglo… Pero al Estado Venezolano《ni le va ni le viene》, y con la cachaza propia del que se ha desentendido de sus obligaciones nos condena con una respuesta insólita: NO HAY RECURSOS…
Para los administradores del Tesoro de un país que contó, entre otras cosas, con una economía《blindada》y recursos hasta «excedentarios», no hay《pero que valga》, no hay justificación válida para que:
1.- A dieciséis (16) años (2006) de haber sido《descubiertas》las socavaciones en la Estructura de Control o «cierre»,… aún no se hayan previsto recursos para hacer las correcciónes,
2.- A diez (10) años (2012) del derrumbe de la infraestructura en «Boca de Macareo»,… aùn no se hayan previsto recursos para restituirle las pérdidas a la obra,
3.- A cuatro (4) años (2018) de la rotura en el tramo «Los Güires»,… aún no se hayan previsto recursos para hacer la debida reparación…

Hoy el Cambio Climático sorprende a más de 100.000 habitantes del EDA atrapados en medio de un «cerco de diques» que no da más,… con el agravante que CONTAMOS APENAS CON UNA SOLA VÍA DE ESCAPE (el «cierre»), cuya permanencia está en peligro por las socavaciones que la circundan.

Desalienta la apatía e indolencia de los gremios de profesionales universitarios; de los gremios de productores del Delta y Sur de Monagas; de la Cámara de Comercio; de Instituciones Educativas, etc., etc., y de la población en general, quienes juntos deberían exigir con firmeza al Ejecutivo Nacional y a los Ejecutivos de Delta Amacuro y Monagas, honren sus compromisos y NOS LIBREN DE ESA AMENAZA,… y no refrendar con su mutismo la irresponsabilidad del Estado, o asumir ingenuamente, como muchos, que «el gobierno no va a permitir que eso ocurra…»

Mientras tanto un río minúsculo como el Zulia, cuyo caudal es de apenas 80m3/seg. –equivalentes a 1/3 del agua que fluye por «el cierre»–, rebasa un dique, sumerge y mantiene idas a pique unas 100.000 hectáreas. Quebradas ocasionan desastres en Tejerías, El Castaño, El Limón, La Guira, Puerto La Cruz, Sucre, Mérida.
En nuestro caso se trata del caño Manamo, 2do. brazo del Orinoco, con sus 3.600 m3/seg.

Tucupita noviembre 2022

MV. Rogelio Rodríguez Rodulfo.
3.046.076

ING. José González Cabrera
2.252.576


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