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Gloria Cuenca.

Ha transcurrido medio siglo de la aprobación de la Ley de
Ejercicio del Periodismo de Venezuela. Fue el 4 de agosto de 1972,
que se puso el ejecútese a la aprobación. Día de Júbilo para los
periodistas. Hoy, lo vemos como algo natural, tener una Ley. Hubo
procesos complejos para lograr su aprobación.
Sin embargo, llegar a este momento, tal como se ha dicho, fue
un proceso de luchas, discusiones y toma de consciencia. Así
ocurrió; pasó por el debate de un primer tema: ¿El periodismo, una
profesión universitaria? ¿Se puede enseñar? En nuestros días esto
causa asombro. Todavía había un cierto romanticismo, en aquellos
años, sobre quienes escribían: se trataba de poetas, escritores,
novelistas, periodistas. Eso, aparentemente, era un destino, nacía
con la persona. Lo siguiente que se esgrimía como argumento: ¿el
periodista nace o se hace? De allí el romanticismo, al que aludo.
¿Será que se puede enseñar esa profesión, apasionante,
descubridora de verdades, intensamente humana, llena de
interrogantes en cada circunstancia? Los reporteros habían
descubierto la ciudad a pie, se habían metido por entre las rejas de
las cárceles, asomado a los despachos semi-ocultos, entre otros
sitios; sabían mucho de esa búsqueda, pero sentían que les faltaba
formación, cultural, sociológica, económica y hasta política. Se las
agenciaban para conocer los principios éticos, pero ellos eran los
primeros en desear ir a la universidad. Así en 1946, Rómulo
Betancourt, Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, con
el Decreto 431, decide la creación de una Escuela Nacional de
Periodismo, adscrita al Rectorado de la Universidad Central de
Venezuela. La Asociación Venezolana de Periodistas se dirigió al
Presidente para pedirle la creación de la Escuela. Desde ese
momento, cuando se empezó a concretar la Escuela, empezó,

paralelamente, la discusión y el debate, sobre la necesidad de hacer
de la profesión, una carrera universitaria, con Ley.
Los periodistas se habían agrupado en la Asociación Venezolana
de Periodistas desde 1940. La gran mayoría de los reporteros y
periodistas estaban afiliados a esa organización. Era una
“militancia” en el gremio. Las reuniones fueron fundamentales. Se
produjo la gran prueba de la misma, cuando cae el gobierno del
Presidente Gallegos y comienza la persecución, más o menos
selectiva, en esos 2 primeros años. Sin embargo, en 1952, se inicia
la era de Pérez Jiménez, también la AVP sufre la persecución, igual
que toda la prensa libre y los periodistas. Al caer la dictadura, de
inmediato la AVP se reorganiza y hace una primera convención en
Maracaibo, donde se aprueba el primer Código de Ética de los
Periodistas Venezolanos. La Escuela de Periodismo reabierta en
1958, bajo la dirección del Profesor y periodista Héctor Mujica, se
transforma en una de las más interesantes para los jóvenes recién
graduados. Acuden por centenares y la Escuela se hace grande.
Mientras esto ocurre, no ha cesado en ningún momento la
petición, la lucha y los planteamientos en torno a la necesidad de la
Ley para los periodistas. Se organizan foros, encuentros, marchas,
debates por los medios y se hacen pronunciamientos desde todas
las universidades, en donde existen las Escuelas, en favor de esa
Ley.
Se inician conversaciones con el Congreso de la República y se
hacen caminatas de periodistas hasta la sede de la institución
pidiendo y explicando la importancia que la Ley tendrá para el
desarrollo de la democracia y las libertades de expresión y prensa.
La AVP, dirigida en ese entonces, por el Licenciado Eleazar Díaz
Rangel, resulta a la vanguardia de las luchas. En las Escuelas,
existentes, UCV, LUZ y UCAB, no cesan asambleas y reuniones en
pro de la promulgación de la Ley.
Se contacta al Presidente de la República, Dr. Rafael Caldera. Con
la AVP se reúnen para hablar al respecto. Con alegría se transmite:

el Presidente Caldera está de acuerdo con hacer la Ley y
promulgarla. La Comisión de Medios del Congreso se avoca a la
tarea, que se ve culminada y se aprueba, poniéndose el ejecútese el
4 de agosto de 1972. Interesante establecer, que en la AVP había
periodistas de todos los signos políticos: de Copey al PCV, pasando
por AD y URD, por supuesto, numerosos independientes hubo una
unidad completa de los periodistas que allí estaban agrupados, en
pro de la Ley.
En 1994 siendo Presidente del Colegio Nacional de Periodistas,
el Licenciado Eduardo Orozco, se hizo una reforma de la Ley. Fue en
el 2do mandato del Presidente Caldera.
La Ley del Ejercicio del Periodismo está respaldada por el fervor
del gremio de los periodistas, que nunca dejaron de interesarse en
su promulgación y decreto. ¡Estaremos siempre dispuestos a cuidar
de la Ley! Estudiarla, cumplirla y conocer su historia es
trascendental para los colegas periodistas venezolanos.

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