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El índice delictivo en horas de la noche en el centro de Tucupita se ha incrementado considerablemente, de acuerdo con las denuncias de los ciudadanos.

Afirman que desde que empezó la cuarentena social por la COVID-19, la inseguridad se ha desatado en diversos sectores de la capital deltana.

Atribuyen la ola de robos a la falta de patrullaje constante.

La delincuencia en Tucupita sigue siendo un flagelo difícil de controlar por las autoridades. Las denuncias en cuanto a este tema se han incrementado en los últimos meses. Los ciudadanos comentan que se trata de bandas que se dedican a estas prácticas delictivas y se han convertido en el azote del comercio de la ciudad.

Calle Tucupita, Centurión, Mariño, Pativilca, Dalla Costa, Petión y Bolívar son algunas de las calles que reportan robos prácticamente todos los días.
Comerciantes del Mini Terminal de Tucupita han denunciado que están cansados de los reiterados robos, los cuales se producen incluso cada semana. Afirman que los delincuentes tienen total libertad para abrir boquetes con mandarrias, llevándose todo cuanto pueden cargar, pues el patrullaje es totalmente nulo.

Comerciantes y residentes del centro de Tucupita tienen meses denunciando la ola de robos que se ha generado en las principales calles de la ciudad. Sobre todo en las noches los delincuentes hacen de las suyas violentando santamaría, rompiendo candados, rompiendo los techos y ahora abren boquetes para ingresar a los negocios.

“El centro es más que todo una zona comercial. Hay personas que viven por aquí, pero lo que abundan son los comercios; por lo tanto, después de las 4:00 de la tarde, cuando todos los negocios cierran, esto queda solo y les permite a los malandros hacer y deshacer. Yo he reforzado los candados de mi negocio y puse alarmas, porque pasaba noches sin dormir pensando que se podían meter a robarme las mercancía, que con tanto esfuerzo uno logra comprar”, destacó un comerciante.

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