Desde que comenzó la pandemia y con ella la cuarentena, el encierro de los humanos, se inició una limpieza o purificación del ambiente que ha podido constatarse a través de los medios de comunicación.
Fotografías desde el espacio así lo demuestran.
Animales cuyos hábiatat no son a los que están confinados, son vistos en carreteras, avenidas, como ocurrió en Argentina con lobos de mar en un puerto y calles. O como ocurrió acá en Venezuela en costas de Mochima, donde logró verse especies como ballenas jorobadas , o delfines en la bahía de Pampatar en Nueva Esparta, Venezuela
Otro caso es el de un jaguar que fue visto en un hotel de México en Cancún, en un estacionamiento.
Un lobo gris europeo que se creía extinto desde hace cien años, fue captado por una cámara en Francia.
Unas tortugas marinas en la India, aprovecharon las playas sin turistas para intentar esconder sus huevos.
O las medusas que fueron vistas en los canales de Venecia aprovechando la tranquilidad de sus aguas sin movimientos.
Una osa de anteojos fue vista al sur de Colombia, en Huila, una especie que está amenazada, por la caza indiscriminada y la deforestación.
Para sorpresa de los madrileños, pavos reales recorren las calles de la ciudad sin ninguna prisa.
Estas son las cosas positivas de la pandemia.
Desde ayer en El Hatillo un municipio del estado Miranda, se constató la presencia de un zorro o perro de oreja corta, cuyo nombre científico es Atelocynus microtis.
Según una fotografía de este pequeño animal a diferencia de los conocidos, tiene una mancha blanca en el cuello que se extiende hacia la cara.
Vale la pena salvarlos. Permita la Providencia que no salga un cazador a acabar con esta maravilla que ocurre en el planeta.
