El mejor biopic en mucho tiempo

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M.G. Hernández

Baz Luhrmann, quien nos ha brindado su genio en historias épicas como Moulin Rouge, Gatsby y otras, nos demuestra su imponderable expertis en su magistral visión que celebra la vida del cantor hasta ahora más celebre de la historia, Elvis Presley, “El Rey del Rock ´n Roll”.

Su largo, largo metraje de dos horas 40 minutos, al contrario de ser pesado, pasa por nuestros ojos de forma vertiginosa. En sus planos acumula de tal manera tanta información y música que quedamos atrapado hasta el final. Pienso que la edición de esta cinta debió ser una locura que puso a prueba el talento y paciencia de Matt Villa y Jonathan Redmond.

No soy crítica profesional del séptimo arte, pero soy amante de todo lo que exprese la mente humana con respeto y calidad. El cine, nos arropa con la tangible belleza de poder observar cada vez con más perfección, las historias fabulosas o reales de la humanidad; por lo que desde mi niñez he tenido literalmente gula por este arte, costumbre que me confiere holgura para poder opinar.

El embriagante encantamiento por el brillo del glamour y las bambalinas que seducen al director australiano, se magnifica en las escenas propias de la ciudad lúdica, pecadora y luminosa de Las Vegas. El vestuario del prodigio de Memphis, fue responsabilidad de la diseñadora de la producción,Catherine Martin, trabajo que considero impecable e impresionante; por lo que auguro que recibirá múltiples nominaciones en los premios de la industria. Los trajes del Rey que, pasaron a la historia junto a los de Liberace, fueron cuidados a la perfección hasta la última lentejuela. Sin embargo, no contento con tanta delicadeza, Luhrmann exigió copiar la ropa de las fanaticadas alredor de las tarimas, lo que se puede evidenciar fácilmente en los cuadros que recrean el “Come back special”, show que hizo el cantante para la cadena NBC el 3 de diciembre de 1968. Es tan espectacular la actuación del comediante que al final del artículo, les adjunto un video que hizo un youtuber comparando la película con el show real de la emisora televisiva.

Observando los detalles de la ropa que con toda seguridad diseño el propio Presley, nos damos cuenta que su poder no solo estaba en su inigualable voz, sino en el enfoque para hacer un show diferente y atractivo donde la indumentaria tuviera relevancia. Tan acertado estaba que, hoy en día se busca y es llamado estilista, al profesional que crea la imagen de un artista.

El biopic es narrado en primera persona por el “Coronel Parker”, quien no era coronel ni se apellidaba Parker, pero que, si manejo de forma productiva, astuta y delictiva, la carrera de quien llenó sus bolsillos de gran fortuna. Estas malévolas cualidades unidas a un carácter totalmente afable que distinguió al suspicaz personaje, las supo hacer suyas Tom Hank, quien dice haber tenido igualmente un agente que decía que no sabía nada y lo obligaba a hacer lo que él quería. El actor, pese al pesado atuendo y maquillaje que lo hacen casi irreconocible, consigue uno de los mejores logros de su carrera; papel que nos hace recordar al Forrest Gump que le dio su primer Oscar. Este de hoy, el del “Coronel Parker”, puede significar para Hank, el tercero; esta vez como actor de reparto. Así lo presumo y de no ser nominado, sería un desperdicio de la Academia que mermaría aún mas la poca credibilidad que padece.

Llegamos al foco principal del filme: Elvis. Interpretado por un joven desconocido que tuvo un pequeño papel en la laureada película “Érase una vez en Hollywood”, esos pequeños papeles que nunca cobran trascendencia a menos que el artista logré imponerse en otro rol con excelente desempeño. Es este el caso de Austin Butler que, de manera muy particular y osada, logró este protagónico enviándole a Luhrmann un video donde interpreta “Melodía desencadenada”. El director, desalentado por no conseguir su estrella, recibió el video y al verlo, no tuvo duda de que Butler era su Rey del rock ‘n roll.

Hay atrevimientos que definitivamente compensan con la gloria y esto es lo que persigue el artífice de la expresión cualquiera que este sea; los aplausos y laureles excitan el corazón que late en cualquier escenario. En el séptimo arte, el personificar es un papel envidiable, pero solo los elegidos de la Musas tienen la voluntad y el sacrificio que se necesita para lograrlo. Austen Butler, dejó su piel en este rodaje para tomar la del cantante y mimetizarlo de tal manera que, en muchos cuadros confunde nuestra mente. Su performance me hizo recordar dos de los que ya figuran entre los inmortales; a Rami Malek por su Freddy Mercury y al superdotado Eddie Redmayne personificando a Stephen Hawking y a Lili Elbe.

Alcanzar la voz de Elvis no creo sea tarea fácil, no puedo calificarla porque no se ni solfeo, pero sí sé, que mi oído se deleitó con su extraordinaria voz y una de las más bellas de todos los tiempos cuyos registros, parecieran haber sido infinitos. Si indagamos en los medios, las loas a su voz son interminables, declaraciones hechas por excelsos del canto y magazines especializados como el Rolling Stone. Establezco estas afirmaciones porque Austin Butler tuvo la osadía de usar su propia voz en algunas canciones para lo que tuvo una exhaustiva preparación hasta emular a la perfección el acento del personaje. Cuenta a Entertainment Weekly, revista de Times Inc. especializada en Hollywood, Broadway, TV y música, que creo un “archivo con cada palabra y cada diptongo y la forma en que usó la musicalidad en su voz”

Esta cinta, tiene además un guion casi infilmable por sus pormenores, ya que nos trae desde un Elvis niño, enamorado de los sonidos y movimientos afroamericanos del blue, gospel y música country, pasando por el joven que logró cambiar el curso de la música en los años 50 y que finalmente terminó prisionero en una torre de cristal donde muere en 1977.

Sin dudarlo recomiendo este maravilloso trabajo del director australiano que pueden conseguir en HBO Max. https://www.youtube.com/watch?v=_6_gpdNhAgQ

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