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Lo que les ha tocado vivir a los pedernaleños es fuerte. Sus habitantes se valen de amigos para comunicarse con la prensa y como en el «tunel el tiempo» ya no saben desde cuándo no tienen luz.

Sin fuentes de trabajo, sin alimentos, sin combustible y con enfermedades que minan su salud.

Esperan en la Providencia Divina, que oiga sus oraciones para que los que deben ar respuestas a sus problemas, se acuerden que fueron electos por estos ciudadanos.

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