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“…….  Mi nombre no intenta ser y no puede ser una bandera de odio tremolada por generación alguna de Venezuela. He sido y he querido ser nada más, ni nada menos que un maestro…”

Luis Beltrán Prieto

Por César Malavé

La imagen precisa, excelsa, indiscutible que todos los venezolanos tenemos de Luis Beltrán Prieto Figueroa, es la imagen de MAESTRO. Este grande hombre, ese margariteño Universal que imantaba con su presencia, que se identifica aún con el momento actual, por el vigor y lucidez de sus ideas, que tan pronto estaba presto para el chiste y las críticas con lenguaje literario, como para identificarse con el pueblo en sus propias palabras, nació en la asunción, la Ciudad por antonomasia de Margarita. La tierra natal, ese hermoso valle heroico, hizo vibrar su alma de Poeta y  le llevó a pintar con palabras sus beldades en el lienzo de la eternidad con un hermoso “Mural de Mi Ciudad”. El maestro nunca llego tarde a ninguna clase. Muchos de los que realmente no le conocieron, se atreven a decir que Prieto como poeta llegó tarde al ámbito lírico, ¡Nada más falso!, ya que desde niño anduvo revoloteando en su espíritu el agitado aleteo del colibrí, tan cargado de simbologías y frustraciones, elemento común en la lírica hispanoamericana.

El primer mensaje que recibí del Maestro de América, llegó a mí adolescencia íntegramente: “Empínate Joven” que es un llamado a la conciencia de la juventud venezolana frente a la adversidad de la vida. Muchas han sido las cuartillas utilizadas para difundir este mensaje, que día a día fue reactivándose hasta convertirse, en un mensaje maduro, que fue “Del Hombre al Hombre”. El 10 de enero de 1978, iniciada ya la semana del magisterio, los docentes de todas las tendencias de la Patria de Bolívar, demostraron con la presentación de esta obra, que el maestro nunca llegaba tarde a un compromiso magistral. Fue su segunda salida lírica, con un nuevo perfil, menos intimista, pero de mayor contenido social.

            La clase magistral del Guía, se consolida en “Esta Hora”, cuando el llamado es a la conciencia y al reflexionar profundo. Ciento diecinueve años Maestro, una vez más lo tenemos de vuelta y parafraseándolo podemos exclamar ¡La Asunción del Recuerdo/ de vivir sobre la angustia! Y sobre todas estas vicisitudes, le estamos agradeciendo el fuego sagrado de su genio pedagógico para que nuestra educación transitara la sendas “De una Educación de Castas a una Educación de Masas”; el carbón de su generación que hizo posible su aporte político para entender la transición “Del Tradicionalismo A la Modernidad”, el rescoldo de su numen para que nuestros espíritus se sigan sosegando “Bajo la Sombra de Los Datileros” y en este donaire entregarnos a la “Magia de Los Libros”, de los cuales pudimos entender “EL Concepto de Líder, el Maestro Como Líder”, que nos motivó definitivamente Maestro, para inclinarnos por la práctica del magisterio y, seguir su ejemplo de luchar incansablemente por los derechos de los profesionales de la docencia y de los párvulos. Para compenetráramos Maestro, con los “Principios Generales de la Educación” y evitar que nos convirtieran en “Los Maestro Eunucos Políticos”.

            Hay tantas cosas que agradecerle al Maestro Prieto, que no existen cuartillas para describirlas, sin embrago hay necesidad de aclarar ante todo, que sus enseñanzas hicieron posible que muchos venezolanos encontraran el camino al penetrar al maravilloso mundo del “Magisterio de Simón Bolívar”. Y en él militamos hasta la victoria final, porque como lo sentenciara el Maestro, “la historia no concluye sino cuando la libertad y la justicia auténtica, como quiso el Rabí de Galilea, reinen sobre la tierra. ¡Camino largo y lleno de abrojos! según los versos de César Vallejo

@cesarmalave53

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