El Centro de Resguardo Guasina atraviesa por una reestructuración que plantea entre la nueva directiva, encabezada por el Comisionado London y el funcionario Barrera, junto a los lineamientos de Seguridad Ciudadana y demás cuerpos de seguridad del Estado la estabilidad y la paz de este recinto penitenciario.
Cada día los internos de Guasina unos 140 en total, realizan formación, cantan el himno Nacional y así comienza el itinerario. Las actividades se organizan como una familia que al final culminan con una oración al Altísimo.
En Guasina reina la limpieza, el compañerismo. La crisis por los alimentos también tocó sus puertas y sus familiares son quienes llevan lo mucho o poco que pueden para su hijo, sobrino, hermano o padre, a quien la desgracia o el infortunio lo llevó a ese espacio. Los que tienen a sus familias lejos viven del favor de algún compañero, cuyo gesto estrecha más los lazos en los que ellos o el destino los pusieron.
Pero todo no queda ahí. Están esperando se cristalicen los planes de algunos despachos gubernamentales que les brinden atención. Razón por la cual se hacen gestiones para realizar jornadas de atención médica, revisión de los cuadros de nutrición de cada uno, atención integral con cortes de cabello, vacunación, entre otros. Mientras tanto ellos esperan.
La familia que va a llevar comida debe esperar a que revisen sus alimentos. Llegó el orden, No hay privilegios. Son ciudadanos que esperan la atención que el Estado debe brindar. Ojalá lleguen las oportunidades de estudiar o aprender algún oficio. El tiempo de ocio podría acabarse.
La comunidad de Guasina está tranquila, lo mismo que el Retén. Solo que adentro y afuera hay seres humanos que aspiran una mirada desde el reconocimiento.