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Crisanto Gregorio León

Al  pasar por el filtro de seguridad de Control de Extranjería o Inmigración una mujer quien se identificó como natural de un país latinoamericano, visiblemente altanera y con enorme jactancia y pedantería , manoteaba y trataba de zafarse de las manos de la autoridad , porque la Policía Nacional encargada de ejercer  esas rutinas  a todos los pasajeros que así se requiera por la procedencia del país de origen de su vuelo, o las señales de sospecha que emitan ;   la invitaron a pasar por las oficinas de inmigración antes de permitirle su ingreso al Reino De España .

Ocurrió que la tripulación se puso en modo de alerta ante los reclamos de los pasajeros, porque esta señora se comportaba de manera, extremadamente grosera, vulgar incivilizada, descortés y escandalosa durante el vuelo; lo que llamó la atención y se prendieron las alarmas  y tuvieron que llamar a la dama  al orden en repetidas oportunidades. De modo que la tripulación advirtió a tierra antes de arribar a Barajas,  para que los controles de inmigración interrogaran a la revoltosa y escandalosa mujer que argüía ir a España a contraer nupcias.

La corpulenta dama, había sido denunciada durante el vuelo ante la tripulación porque alteró la calma e indispuso a los pasajeros quienes no tenían por qué aguantarse las tropelías de esta señora.

Como de ordinario, en tierra,  las autoridades la sometieron a un interrogatorio, en el que le preguntaron el motivo de su visita al Reino de España y en cual localidad pretendía alojarse  y por cuánto tiempo se quedaría en territorio  de este país mediterráneo.

La dama contestó que venía a España a contraer nupcias y adquirir la nacionalidad española al casarse con un español y que se quedaría en  Linares,  un municipio perteneciente a la provincia de Jaén, en la comunidad autónoma de Andalucía.

Entre tanto,  el novio no apareció por ningún lado, y al revisar los antecedentes penales de la dama encontraron que poseía registros, porque el documento que llevaba estaba forjado. De modo que la dama fue conminada a abordar un  vuelo de regreso a su país de origen y en el que protagonizó otras andanzas.  Pues como balizas encendidas de alertas, su presencia en el Reino de España no era conveniente, más bien peligrosa para la moral y las buenas costumbres. Intuían acertadamente los pesquisas aduaneros que esta señora iba a delinquir en España.

Aconteció que al regresar a su país, se enconchó como docente en una prestigiosa universidad de su tierra,  en la que encontró al cabo de muy poco tiempo a una cómplice, a un espejo, se hizo de una amiga con sus mismos perfiles delictuales, otra mujer sin principios morales y curtida también en las artes del forjamiento y adulteración de documentos, y en el tráfico de drogas.   Así, se hicieron llave, la mancuerna perfecta, una asociación para delinquir, el perfecto crimen organizado.

Ya dentro de la universidad y  desde una posición estratégica, montaron el negocio de la venta de diplomas, cursos y títulos  de pre y postgrado, además del forjamiento de cualquier documento académico.  Ellas y muchos cómplices internos, se hicieron de un sinnúmero de cursos  y otros títulos para los que no asistieron nunca a clases y en los que los veinte puntos son endémicos.  Y que la sumatoria de los cursos y la sumatoria de los tiempos para su consecución legal, nos advierten que sería imposible que los hubieran cursado y aprobados tan simultáneamente, tan coetáneamente; ni que tuvieran el poder de bilocación solo atribuido a los santos y estas señoras no son santas.  La superposición de fechas y las asistencias, dejan en evidencia que estos títulos, cursos y diplomas se los robaron a la universidad con todas las características de legalidad, pero son de procedencia mañosa, ilícita, inmoral y antiética.

Se hicieron de muchísimas relaciones criminosas, ilícitas, enmascaradas de honestas  y enmascaradas de integras; entre los que pueden contarse profesionales de diversa índole, quienes blanden títulos por los que no estudiaron, ni nunca asistieron a clases, de los que algunos que  están en extranjero,  nunca pisaron el suelo de su patria; pero son profesionales de títulos vacíos;  aparecen fotografiados defendiendo una tesis forjada que compraron por miles y miles de dólares.  Así nos encontramos con defensas en fotografía, todo virtual nada real. Y con tesis de grado que son plagios de plagios como dice  Buzz Lightyear , «hasta el infinito y más allá».

Por otra parte, han sido tan eficientes las relaciones criminosas de estas señoras, que lograron borrar sus antecedentes y registros policiales.  ¿Será  que a nadie le duele la universidad a la que pertenece?

Que terrible, ¿por qué no puede haber transparencia, ni honestidad,  por qué  han ensuciado a la universidad, cuánta vileza pueden albergar los corazones y las mentes de estas personas que se están enriqueciendo con aquello cuya pureza se debe proteger?

La violación de la misión, la visión, y la filosofía que inspiran a una universidad, el propósito de su creación; no es que esta sea mancillada  por delincuentes  disfrazados de académicos, que asalten su pureza ni de delincuentes que se enriquezcan deformándola. Por Dios que ya esto cese y que los depredadores universitarios ya no ultrajen más  el honor su Alma Mater.

Se necesitan despertares éticos de hombres y mujeres buenos con temor a Dios y con conciencia académica; donde la integridad y la decencia rescaten a  la universidad que ande en estos escenarios.

¿Qué opina usted de esto, acaso es una leyenda urbana espeluznante?

Profesor Universitario/Abogado/Periodista/Escritor

crisantogleon@gmail.com

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