Me va mejor vendiendo empanadas que en una institución pública

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Tener un trabajo extra se vuelve algo común entre la sociedad civil que está sometida a la inflación que recrudece en Venezuela.

Es por ello, los ciudadanos optan por buscar “mayores ingresos” económicos a través de un empleo a corto o mediano plazo, aparte de sus labores en una institución pública, los que lo poseen.

Ana Martínez, deltana que lleva varios años laborando en una institución pública de Tucupita, decidió vender empanadas, aunque de empleada, pero le ha ido bien, aseguró sin titubeo.

Aunque el tener que buscar otro poder adquisitivo implique un “esfuerzo triple” todos los días, ella tiene que hacerlo para poder mantener a sus tres hijos.

La señora admite que le va bien. Semanalmente le pagan 10 millones de bolívares, que para ella está bien comparando con lo que gana en su trabajo fijo que no pasan los 2 millones de bolívares, cada quince días.

  • Lo que gano en mi trabajo no da para nada, mejor me va vendiendo empanadas, dijo entre risas.

Ella todos los días se levanta a las 5 de la mañana a preparar las empanadas y pastelitos. Los vende todos, reveló.

  • Llega mucha gente ahí, gracias a Dios se vende todo.

Esta es la rutina de la señora Ana Martínez, luego de una intensa jornada, puede descansar a las 8 de la noche.

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