Compartir

El suceso, cuya causa se desconoce, se ha producido en una zona de almacenes de materiales sensibles. Israel ha negado su vinculación con los hechos y la Casa Blanca ha anunciado que los sigue de cerca

El suelo de Beirut tembló con la enorme explosión que sacudió el puerto de la ciudad a media tarde. Al menos 50 personas perdieron la vida y 2.750 resultaron heridas y colapsaron los hospitales de una capital libanesa en estado de shock. El Gobernador de la ciudad informó en un primer momento a los medios locales de que un almacén pirotécnico sufrió un incendio y después explotó, pero con el paso de las horas quedó claro que no se trataba de simples fuegos artificiales. El ministerio de Interior dio más detalles sobre lo ocurrido y señaló que en el almacén donde comenzó el incendio se guardaba material «altamente inflamable, incluido nitrato sódico» que fue confiscado «hace años» a un barco y permanecía retenido.

La brutal explosión causó un enorme hongo de humo y un temblor como un terremoto que provocó graves desperfectos en todas las zonas próximas al puerto, una auténtica zona cero que se extendió a los barrios de Ashrafiye, Gemayze y Mar Mekhayel.

Las escenas recordaban a las de los años en los que la violencia era la reina en Beirut. Destrucción y ambulancias volando con las sirenas a todo volumen para atender a los heridos.

Los hospitales pidieron a los libaneses que acudieran a donar sangre y los servicios de rescate se multiplicaban por los bloques de viviendas destruidos para intentar rescatar a los vecinos. Al caer la noche, la saturación en los centros médicos obligó a las ambulancias a llevar a las víctimas a hospitales fuera de Beirut. Ante la gravedad de la situación, la Presidencia ordeno el despliegue del Ejército para «tratar las consecuencias de la gran explosión» y «realizar patrullas en las zonas del desastre para mantener la seguridad».

El presidente, Michelle Aoun, también realizó un llamamiento a la población no afectada para que abriera las puertas y acogiera a quienes perdieron sus casas y pidió al ministerio de Salud ofrecer tratamiento gratuito a los heridos.

Mykel Ayertaran/ABC Internacional

Deja un comentario