Tucupita.- A lo largo de historia muchos deportistas han llenado de alegría a nuestra entidad con sus victorias y hazañas en el brillo de una medalla, o del esfuerzo de ser hijos de esta amada tierra.
Hablar de glorias es resumir la historia de un gran hombre que sembró un ejemplo para la nueva generación, figurándose por esa sencillez, honestidad y sabiduría de cristalizar una vida a través del deporte.
La acotación la hacemos a nuestro baluarte de la lucha olímpica, Evelio “Kaliman” Suárez, quien durante su época como atleta enarboló la bandera patria en innumerables contiendas; premios que nos orgullecen y nos llenan de satisfacción.
Nació en la comunidad de El Garcero, y fue merecedor de más de 217 medallas internacionales en la categoría libre y grecorromana. Actualmente, se busca elevar la figura de este deportista insigne al Salón de la Fama de nuestro país.
Desde su residencia de su querida Pedernales, se observan los reconocimientos y las medallas que recibió durante toda su carrera.
El ex gladiador abrió las puertas de su hogar y habló de lo que ha sido su vida luego de convertirse en el atleta deltano con más preseas.
Hasta ya nos fuimos a la capital del municipio Pedernales, para conocer cómo llegó a convertirse en el número uno en la especialidad de lucha.
El único premio que le faltó fue la medalla olímpica y según afirmaciones del mismo
Como inicio la era Kaliman
Gracias por venir desde lejos a concederme esta entrevista, realmente emprendí este largo camino a los 14 años, yo era un muchacho con unas condiciones físicas sorprendentes, siempre era el primero en llegar a las practicas me gustaba el boxeo, pero nunca me imagine que mi gran fortaleza estaba en la especialidad de la lucha.
Recuerdo que íbamos a los primeros juegos nacionales del 78 en Táchira y me pidieron que abandonara el boxeo y me dedicará a entrenar lucha y desde ahí ese mismo año quede campeón nacional y tercero en un campeonato panamericano en Puerto Rico. Un debut que sorprendió a todos, y fui llamado a la preselección nacional de Venezuela.
¿Recuerda algunos de tus más grandes logros?
Son muchos mira como tengo medallas y ojo no me la regalaron las gane con todo el corazón, constancia, amor, y sobre todo mucha disciplina. Pero los que más me llenaron de satisfacción fueron las doradas de los Panamericanos del Mar del Plata Argentina; hasta llore cuando mi nombre se escuchó en ese majestuoso escenario, todos los presentes aplaudieron y el himno de Venezuela se sintió en toda esa Nación. También quede sub campeón mundial, todas las medallas del mundo las he tenido, 23 años en una selección nacional “no es ninguna Catalina”.
Recuerdo mi última competencia fue en la división de los 120 kilogramos de los juegos centro americanos y me traje el bronce para mi país. Imagínate Freiser yo acudí como entrenador pero como el atleta Juan García se lesionó tuve que entrar en su lugar, nada fácil pero conseguí algo. Dentro de mis hazañas tengo: Campeón Oriental, 4 Juegos Centroamericanos del Caribe, Juegos Panamericanos, 4 Juegos Bolivarianos, y muchos más. “La única medalla del mundo que no agarré porque no participé fue la medalla olímpica”, dijo.
¿Qué te inspiró y cuál fue tu motivación?
Lo que comenzó como un sueño de Adán se convirtió en una gran hazaña deportiva, yo veía a Alexis Carrión y a Edgar Ramos en las grandes competencias y pensaba: “Yo quiero ser alguien, quiero un uniforme así y quiero montarme en una de esas aviones. Competí en el 78, quedé de segundo lugar e inmediatamente ingresé a la selección nacional. De ahí no perdí con más nadie, visite casi todos los países de Latinoamérica y a muchos de Europa, como Bulgaria, Checoslovaquia, Rumania, Francia. Suiza y más. En todas las competiciones gane Oro o Plata, pero nunca se venía con las manos vacías.