Sonia Moreno, es una madre que actualmente vive con sus tres hijos en el vertedero de Tucupita. Desconoce su edad y no sabe leer ni escribir.
Todos los días recuerda la pérdida de sus cinco hijos que fallecieron durante el año 2016 y 2018 tras presentar diarrea y desnutrición, mientras que con los otros tres se dirige hasta el centro de botadero de basura para poder conseguir ropas y residuos de comida y comer durante el día.
Este es el retrato de apenas una de las 100 familias que viven en el vertedero de Tucupita, la mayoría pertenecientes a la etnia warao.
A pesar de lo conocida y dramática que es la realidad de quienes como Sonia y sus hijos viven en esta condición, las instituciones gubernamentales de la región mantienen a los habitantes del sector prácticamente marginados de los programas sociales, ni siquiera disfrutan de los beneficios que son otorgados a través del sistema del carnet de la patria, programa bandera del gobierno de Nicolás Maduro.
Las familias que viven en el vertedero de basura presentan cuadros alarmantes de mal nutrición, enfermedades de la piel, diarreas, vómitos y otros brotes endémicos característicos de las condiciones de insalubridad en las que viven.
KAPÉ KAPÉ