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Venezuela vive tiempos muy significativos de nuestra historia, que nos obligan a mirar y clamar a Dios. Sí buscamos en la biblia siempre conseguiremos repuesta a muchas interrogantes y preguntas de cómo comenzaron todas las cosas: el universo, la vida, el bien, el mal, la muerte, las ciudades, las artes, las profesiones, los seres humanos, las dictaduras, y muchas otras cosas. El  libro de éxodo (salida), nos habla cómo Dios libró al pueblo israelita de la esclavitud que sufría en el país de Egipto bajo el control del rey de ese país que se había puesto terco, y lo hizo a través de su siervo Moisés.

En ningún momento el Dios de Israel los dejó solos. De día los guiaba mediante una nube en forma de columna, y de noche les alumbraba el camino con una columna de fuego. A pesar de su desobediencia, se quejaban ante Moisés y Arón, sin embargo, Dios hizo que lloviera del cielo comida todos los días, y Dios les prometió que sí obedecían su pacto y cumplían con la parte que les tocaba, serían su pueblo preferido de todos los pueblos de la tierra, y sí se apartaren de todo para servirle a Dios. Estas lecciones bíblicas, sin considerar el tiempo, serán para la reflexión de los venezolanos hoy. Debemos revisar sí somos obedientes y servimos como él manda, solo a Dios…?

Por su parte el profeta Habacuc, proclamó el mensaje de Dios al pueblo de Judá, y predicó en la ciudad de Jerusalén. Habacuc proclamó la palabra de Dios durante los años 605 a 626 antes de Cristo. Para esos años, los babilonios derrotaron a los egipcios en la famosa batalla de Carquemis, lo que les permitió avanzar contra Judá, según el texto bíblico.
Habacuc pide que Dios condene y castigue la maldad de los que viven en Judá. A él le preocupaba que el nombre de Dios no sea respetado ni honrado. Pero Dios le dice a Habacuc: la persona honrada, justa, buena, y fiel a Dios, podrá vivir una vida realmente especial, que se merecen los pueblos que honran a Dios.

Basados en la biblia, he querido transmitir éste mensaje al pueblo de Venezuela. Habacuc habla con Dios, y a grito pidió ayuda, para que acabes con la violencia e injusticia, con los pleitos, peleas y destrucción. Nadie obedece mandamientos, nadie es justo con nadie. Los malvados maltratan a los buenos, y por todas partes hay injusticia.
Dios respondió a Habacuc: Fíjense en las naciones. Miren lo que sucede entre ellas. Lo que pronto van a ver los dejará con la boca abierta. Para ellos solo vale su ley y solo importa su honor; a su paso lo destruyen todo, a su paso siembran el terror, y los prisioneros que toman son tantos como la arena del mar.

Se ríen de reyes y gobernantes, se burlan de sus murallas, y construyen trampas de arena  para conquistar sus ciudades. Son como un viento violento que llega, golpea y se va; ellos  son culpables de un gran pecado: no tienen más dios que su fuerza.
Freddy Paz
@freddyspaz



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