Tucupita tiene una cantidad de personajes que escriben su historia a diario. Algunos reconocidos y otros no tanto, pero que recibieron la influencia de escritores deltanos, como José Balza.
Tal es el caso del personaje que nos ocupa esta vez: Luis Enrique Vásquez Ruíz, un hombre menudo que pasa desapercibido, pero una vez que se le conoce se cae en cuenta del bagaje literario y de la cultura que lleva a cuestas.
Profesor de Geografía e Historia Crítica, siempre leyendo un libro. Estudió en el Pedagógico de Caracas, Sicología Infantil sin concluir, en la UCV.
Desde los 14 años está leyendo literatura, poesía,
Se considera bohemio. Aprovecha algunos momentos para hacer poesía. Poesía como protesta por los tiempos amargos que se viven.
Considera que la poesía es un acto de transformar lo feo en algo hermoso. Se acostumbró a escribir en prosa literaria.
Asegura que la prosa literaria es un género muy profundo. Se siente amante de la música desde los clásicos de Mozart hasta la salsa. Con 25 años en la docencia, tiene 20 años esperando las prestaciones sociales luego de concluir sus labores. Comenzó a dar clases en San Francisco de Guayo, de Geografía Económica.
Llegó a conducir la curiara que los llevaba hasta El Caimán, San Carlos, Vuelta Triste, Chaguaramas y Altagracia, por el amor a su profesión, a sus alumnos y a su trabajo en esas comunidades.
Cariñosamente y con respeto quienes lo conocen lo llaman “Profesor”.
El profesor Vásquez quiso dar a conocer esta poesía a los lectores de El Periódico del Delta.
Bohemio, poeta y loco
Tiempo amargo que se funden
En las lágrimas del hombre
En los recuerdos escritos
Por instintos animales
Buscamos de esperanzas
Ansias perdidas y de ansias perdidas
Ansias andantes
Más allá de la pared del tiempo
Dejé como plegaria
Tristes recuerdos, inmóviles y flotantes
Fueron sensaciones que por tristes bosques pasaron
Y de allí de esa nobel visión
Continuó vagando cerca de viejas lunas
Y obligadas dentaduras.