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Dejan solas sus viviendas, marchándose de sus comunidades que se hunden en el pantano

Tucupita.- En la búsqueda de un medio de vida que les proporcione la subsistencia en un ambiente de sana paz y de un vivir mejor, una cantidad de habitantes de las comunidades del medio rural e indígena del área fluvial de los municipios Tucupita, Pedernales y Antonio Díaz, huyen despavoridos, y se trasladan a caseríos y barriadas adyacentes a la capital deltana, donde fijan sus carpas, en procura de que instituciones gubernamentales, se acuerden de ellos.

Miles de familias completas, han dejado solo al poblado que los vio nacer, al no poder seguir establecidos donde antes había vida y felicidad en medio de una paz productiva; hoy en esos lugares palpita la escasez y carestía de los alimentos, el desbordamiento de la delincuencia desatada.

Se encuentran aislados por la falta de transporte, teniendo además que enfrentar como “castigo” la carestía de los pasajes; así como la falta de atención por parte de los entes gubernamentales.

Habitantes de comunidades deltanas han ido desapareciendo, situación visible en los caseríos y rancherías indígenas, sin que exista un organismo capaz de evitarlo.

José Ángel Gascón

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