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JULIA WARD HOWE

 La de la prosa sin cadenas 

 Ismari Marcano Dicurú 

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Nació el 27 de mayo de 1819, fue la cuarta de siete hijos del destacado banquero de la ciudad de Nueva York, Samuel Ward y la poeta Julia Rush Ward. Ward era descendiente de Roger Williams, quien fundó la colonia de Rhode Island en 1636. Su madre murió al dar a luz cuando Howe tenía cinco años; A partir de entonces, su crianza y educación recayó en una tía, quien aseguró su exposición a la literatura, los idiomas y las ciencias. Desde temprano, Howe desarrolló un amor por la poesía y, a los veinte años, publicó de forma anónima en revistas literarias.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Cuando su padre murió en 1839, buscó consuelo visitando a amigos en Boston. Como joven adinerada, viajó en círculos sociales que incluían escritores destacados, entre ellos Ralph Waldo Emerson y Margaret Fuller.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. En 1843, mientras recorría el Instituto para Ciegos de Nueva Inglaterra con su amigo poeta Henry Wadsworth Longfellow, Howe conoció y se enamoró de su director, el Dr. Samuel Howe, que era casi veinte años mayor que ella. Rápidamente se casaron y tuvieron seis hijos. El matrimonio estuvo en problemas desde el principio; Howe disfrutaba escribiendo y socializando, mientras que su marido prefería la soledad de sus estudios en el Instituto Perkins y quería que ella se contentara con las tareas del hogar. En 1848, obtuvo cierto reconocimiento por su poesía publicada y la pareja trabajó junta en una revista que defendía el fin de la esclavitud. Cuando el matrimonio fracasó, escribió poemas oscuros y obras de teatro sobre su infelicidad con su marido.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Durante la Guerra Civil, trabajó para la Comisión Sanitaria de Estados Unidos, que promovía condiciones limpias e higiénicas para los soldados y los hospitales. En 1862, Atlantic Monthly publicó el poema de Howe, “El himno de batalla de la República”, que le dio fama duradera y se considera el himno de la Guerra Civil de la Unión.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Después de la guerra, miembro activa de un club, estableció y dirigió importantes organizaciones de mujeres. Ella defendió el voto de las mujeres y ayudó a fundar la Asociación de Sufragio de Nueva Inglaterra en 1868, así como la Asociación de Sufragio de la Mujer de Massachusetts. La Asociación Nacional por el Sufragio Femenino (NWSA) se dividió sobre si apoyar la 15ª Enmienda, que prometía derechos de voto para los hombres negros, pero no para todas las mujeres. Howe se unió a Lucy Stone para fundar la Asociación Estadounidense por el Sufragio de la Mujer (AWSA), que defendió la Decimoquinta Enmienda y rompió con la NWSA de Susan B. Anthony y Elizabeth Cady Stanton. Howe también ayudó a establecer el periódico de la AWSA, Woman’s Journal , que editó durante 20 años. En 1889, los grupos se reunieron como la Asociación Nacional Estadounidense por el Sufragio de la Mujer con el objetivo singular de conseguir votos para las mujeres.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas, también se convirtió en una defensora de la paz y presidió la Asociación Internacional de Mujeres por la Paz en 1871. Conocida como la «Anciana más querida de Estados Unidos», dio numerosas conferencias, particularmente para la Iglesia Unitaria y fundó clubes dondequiera que fuera. EnMpp 1873, organizó la Asociación para el Adelanto de la Mujer para mejorar la educación de las mujeres y el acceso a las profesiones.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Después de la muerte de su marido en 1876, Howe escribió una biografía halagadora de él, a pesar de su confesión en el lecho de muerte de múltiples aventuras adúlteras. Continuó publicando poemas, ensayos y libros a lo largo de la década de 1880. Recibió un título honorífico del Smith College.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Fue miembro activo del movimiento de los derechos de las mujeres del Siglo XIX, principal impulsora del Día de la Madre y la primera mujer elegida como miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Mientras cuidaba de sus hijos se preocupó por estudiar en sus ratos libres filosofía e historia. Luego de que su marido se enterara de aquella colección de poemas que Julia publicó de manera anónima en 1854 y que tituló Flores de Pasión, demostrando en cada verso, la infelicidad doméstica y la violencia ejercida por parte de su marido, tuvo que acordar con él quedar a cargo de sus propios ingresos, y así también de sus decisiones de participar en la vida pública.  

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Con la publicación del poema «Himno de Batalla de la República», se hizo cada vez más popular. Ese mismo año se convirtió en miembro activo del movimiento de los derechos de las mujeres, así como del sufragio femenino.  

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas.También escribió «Proclama del Día de las Madres», un llamamiento a las mujeres del mundo a unirse por la paz y el desarme. En paralelo con su publicación para 1870, impulsó la creación de un día dedicado a la Mujer y la Maternidad: el Dia de la Madre, como símbolo de unión y paz. Pero no tuvo éxito entonces, aunque esta iniciativa fue recogida por otra mujer, Anna Jarvis, que consiguió que en 1914 se instituyera oficialmente el Día de la Madre.

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas, viajó por el mundo dando conferencias que promovían los Derechos de las Mujeres y la Reforma Educativa. Fue autora de ensayos, libros de ficción para niños, libros de viajes, poemas, una biografía de Margaret Fuller (1883) y una autobiografía titulada Recuerdos (1899). Algunas de sus obras no vieron la luz hasta después de su muerte como Leonora o el propio mundo (1917) y San Hipólito (1941). 

Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas. Murió a los 91 años, un 17 de octubre de 1910. El pueblo la acompañó en su funeral y la reconoció como una de las mujeres del siglo XIX más influyentes en la reivindicación de los derechos de las mujeres. 

Aquí les dejo a Julia Ward Howe, la de la prosa sin cadenas y su:

PROCLAMA DEL DÍA DE LAS MADRES

“¡Levántense, mujeres de hoy!”

“¡Levántense todas las que tienen corazones,

sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas!”

“Digan con firmeza”:

“No permitiremos que los asuntos

sean decididos por agencias irrelevantes.

Nuestros maridos no regresarán a nosotras

en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas.

No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan

todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad,

la compasión y la paciencia”.

“Nosotras, mujeres de un país,

tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país,

como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos.

Desde el seno de una tierra devastada,

una voz se alza con la nuestra y dice

¡Desarma! ¡Desarma!”

“La espada del asesinato no es la balanza de la justicia.

La sangre no limpia el deshonor,

ni la violencia es señal de posesión”.

“En nombre de la maternidad y la humanidad,

les pido solemnemente que sea designado

un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad,

y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente,

a la brevedad posible, para promover la alianza

de diferentes nacionalidades,

el arreglo amistoso de cuestiones internacionales”

Los grandes intereses generales y de la paz.

Publicación preparada con información recogida de la Web 

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