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El 9 de julio se realizaba una fiesta temática en un bar de Trinidad. Detuvieron a todas las personas que allí se encontraban. La mayoría hombre y además venezolanos.

El detalle discriminatorio fue porque vestían atuendos femeninos. El argumento de la policía era que no poseían documentos de identidad. La mayoría poseían permisos otorgados desde el año 2019 cuando comenzó el registro, otros carnet de Acnur por ser migrantes que además de tramitar asilo, usan el país de tránsito y esperan la reasignación a un tercer país que no debe ser Venezuela porque de allí huyeron

Desde el primer momento comenzó la amenaza de deportación y los detuvieron en el Helipuerto de Chaguaramas. Un lugar donde no hay condiciones y está bajo vigilancia ese lugar debido a denuncias de violación a una joven migrante.

Varios bufetes de abogados trabajaron para un grupo y se logró liberar recientemente a 6. Posteriormente fueron liberados otro grupo y van a juicio.

La activista de Derechos Humanos Yesenia González informó que desde el comienzo los derechos de estás personas fueron irrespetados y fueron tratados como criminales, por el tema de no cargar los documentos encima.

Todo el tiempo se exigió al gobierno trinitense si ellos no respetaban los tratados en los que son firmantes y además, instituciones internacionales entregan dineros al gobierno de Trinidad para los migrantes. De manera que reciben grandes cantidades de asignaciones por razones humanitarias pero los migrantes no se benefician de ninguna manera.

Este sábado 12 y domingo 13 fuero enviados en dos grupos 96 connacionales a través del estado Sucre. Se desconoce qué sucedió con los niños venezolanos, ya que había el riesgo de ser separados de sus padres y quedar retenidos en Trinidad y Tobago.

Un mes dos días después se concretó la deportación con el visto bueno del gobierno de Venezuela.

Foto cortesía

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