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Por el este venezolano, el poderoso río Orinoco se escapa hacia el Atlántico y allí, forma las islas que reciben al Sol en la patria bolivariana. Así, entre selva, sabana, mangle y montaña, el estado Delta Amacuro muestra su belleza e impone sus retos a los colaboradores de las Misiones Sociales Cubanas en Venezuela.

Más de 700 kilómetros y unas 10 horas de viaje separan a Caracas de Tucupita, la capital deltana. Pero más que la distancia, es el tiempo el verdadero abismo entre ambas ciudades: en el delta del Orinoco aún transitan canoas; se construyen refugios de madera, sin paredes; y vive gente sin nombre o edad. Son los indígenas de la etnia Warao… son los pacientes de nuestros médicos.

El doctor Jorge Luis González Suárez, vicejefe primero de la Misión Médica Cubana en el estado venezolano de Delta Amacuro, comenta que el territorio que atienden nuestros especialistas sobrepasa los 40 mil kilómetros cuadrados.

“Se trata de un reto adicional, pues la mayoría de la dispersa población es de la etnia warao y mantienen sus tradiciones ancestrales de vivienda, higiene y alimentación, entre otras. Tenemos 5 instituciones de salud, pero  de ellas son fluviales, lo que quiere decir que están adentradas en el río Orinoco y la únicas formas de llegar allí son por agua o por aire.

En Delta Amacuro, los médicos cubanos sostienen la salud del pueblo. Lo hacen con cientos de carencias y dificultades de toda índole; a veces, aislados de todo asomo de modernidad. Por eso, gratifica más la sonrisa de un paciente sano y agradecido.

“Pienso que la mayor satisfacción de un médico es que su paciente se vaya sano y contento con la atención que recibió. Nosotros trabajamos para la clase humilde y sentimos su gratitud. En Tucupita, un ecocardiograma ronda los 30 dólares de costo en una clínica privada: nosotros lo ofrecemos de manera gratuita. Realmente, el grado de satisfacción de nuestros pacientes es grande, muy grande.

Para el joven doctor y directivo cubano, Delta Amacuro ha sido una escuela. “Te hace crecer, tanto profesional como personalmente. Ves patologías, te encuentras con situaciones que nunca pensaste que existieran. Por ejemplo, en los CDI fluviales, nuestros muchachos hacen partos… y hay que hacerlos hasta con la luz del teléfono celular, porque es servicio de electricidad se limita a pocas horas al día. Es difícil y se hace bien. Con lo que sea, lo que se defiende es la salud del pueblo venezolano.”

Al oriente de Venezuela, el poderoso Orinoco ha formado islas y construido leyendas en su escape hacia el Atlántico. Entre ellas, se cuentan las de los médicos cubanos que, en el Delta Amacuro y junto a los waraos, cumplen una misión dentro de otra misión.

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