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“Mi madre me rescató de ese hombre” asegura la mujer warao que se identificó como Yannelis Márquez (seudónimo por protección a la verdadera identidad), una joven indígena de 22 años que recientemente decidió liberarse de su pareja por maltratos físicos, verbales y sexuales.

Yannelis cuenta que recibió golpes en la calle, empujones delante de la familia de su pareja y hasta llegó al extremo de violarla. “Tenía mucho miedo a toda hora, en las calles, a la hora de acostarme y por temor nunca lo denuncié.

La afectada asegura en su testimonio que se refugiaba en la casa de sus vecinas, sólo se atrevía a compartir su situación con algunas amigas cercanas, “pero una vez, uno de mis hermanos se enteró que mi pareja me maltrataba y me golpeaba, habló conmigo y me pidió la autorización de contarle todo a mi madre, al cual, al principio me negué porque al fin es el padre de mi hija”.

Al igual que les pasa a muchas, los maltratos fueron empeorando cada vez más, “ni siquiera podía asomarme a la puerta porque despertaba los celos infundados de mi pareja”.

“Un día me invitaron a una charla por Kapé Kapé sobre violencia de género, me hizo pensar muchas cosas y decidí buscar ayuda de mis familiares y contar todo a mi hermano que se encargó de llevar la información hasta mi madre” sostiene.

La mamá Yannelis viajó durante cinco días y noches desde los caños del Delta del Orinoco, para llegar hasta Tucupita con el propósito de ayudarla a salir del ciclo de violencia.

“Agarré a mi muchacha de dos años, preparé mis pocas pertenencias, empaqué mi macundales y me fui con mi mamá” relata Yannelis.

Con el ímpetu de la confianza recobrada y dejando atrás la sensación de miedo que le acompañaba en su día a día, la joven warao dice sentirse renacida, y a quienes pueden estar en la situación que estuvo hasta hace poco les alerta que los maltratos de su pareja no son indicios de amor, “busca apoyo, comparte y acata las recomendaciones de tus familiares y busca nuevos horizontes”.

Una investigación de campo, realizada por Kapé Kapé en el último semestre de 2022, arrojó que el 97% de las mujeres indígenas encuestadas manifestó haber sido víctima de algún tipo de violencia, 42% de violencia psicológica; 35% violencia física; 8% violencia sexual; obstétrica (6%), prostitución forzada (4%), institucional (4%) y esclavitud sexual (1%)

Respecto al agresor, más de la mitad de las mujeres (62%) identificó como agresor a su esposo o pareja, el 49% de las victimas indicó tener depresión y estrés postraumático, seguido de un (28%) que señaló tener lesiones físicas.

Nota de Prensa Kapé Kapé

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