Compartir

Un padre indignado de apellido Báez, se presentó en la redacción de El Periódico del Delta expresando su descontento por las condiciones en la que sus hijos ven clases.

El padre de familia tomó fotografías de sus hijos sentados en el piso y cuando se quejó, una docente le dijo que le trajera un pupitre de su casa lo que hizo salir de sus casillas al señor.

«Sin pintura, sin pupitres, dónde está la gota de amor que debió llegar a esa institución? Ese centro educativo no tiene bombillos. Los vigilantes se quedan en penumbras después de las seis de la tarde». Se preguntó el hombre visiblemente molesto.

Deja un comentario