El día infernal que vivió Lana Turner (II)

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Por: M.G. Hernández

Al regresar de filmar con Connery, Lana no la tuvo fácil. Resentido, el infeliz le cayó a golpes y casi la mata asfixiándola con una almohada. Muchos fueron los días de zozobra, la artista no conseguía deshacerse de Johnny, hasta el día cuando la crisis rebasó el momento de dar la media vuelta, y llevó a una inocente a intervenir para salvar a su madre del inminente peligro.

El día fatal paradójicamente, fue un viernes santo, 4 de abril de 1958. Stompanato llegó a la lujosa mansión de Lana, situada en el 730 North Bedford Drive en Beverly Hills, a las 8:00 pm. Inmediatamente empezó una discusión acalorada, porque ella le había negado la brillante oportunidad de ser su partenaire en los premios Oscar. El espectáculo había sido el 26 del mes anterior y ella, había sido nominada a mejor actriz por su papel en Payton Place. Mas lo cierto es que, Lana nunca se hubiese podido imponer ante las actrices con quienes le tocó competir, Deborah Kerr, Liz Taylor, Anna Magnani y Joanna Woodward, quien ganó el laurel por su polifacético rol en Las 3 caras de Eva.

Enardecido, y haciendo uso de su fuerza amenazó de muerte a la actriz con voz alta y desaforada. Cheryl, narra que su madre le había advertido que si oía fuertes discusiones era porque ella le estaba pidiendo a Johnny que se fuera de la casa.

Desesperada, la niña fue a la cocina y tomó un largo cuchillo, que, por cierto, acababan de comprar esa misma tarde y subió de nuevo a la habitación.

Ya adulta, Cheryl relató el suceso de esta manera en su libro “Detour” 1988: «Yo bajé por las escaleras corriendo, entré a la cocina. No sabía lo que buscaba, pero encontré un cuchillo. Subí, de nuevo corriendo, la puerta se abrió de repente y mi madre estaba allí mirándome cuando Johnny vino hacia mí».

Él tenía el brazo arriba del hombro con ropa que acababa de sacar delcloset, por lo que Cheryl podía ver su arma en el cinto.

«Yo, di pasos hacia adentro y él seguía viniendo hacia mí y literalmente colisionó con el cuchillo, entonces me miró y dijo»: “Dios mío, Cheryl, ¿qué has hecho?”

 También dijo en un programade Phil Donahue que Stompanato gritó a su madre: «Nunca te vas a librar de mí, vayas donde vayas, te voy a encontrar. O habrá otra gente que lo haga por mí. Es como digo siempre, si alguien se gana la vida con las manos, rómpele las manos. Si alguien se gana la vida con el rostro, cortárselo. Te voy a rajar. Y no creas que voy a dejar en paz a tu vieja y a tu hija. Ni siquiera necesito hacerlo yo mismo» terminó diciendo mientras se reía a carcajadas.

Según la experticia y las declaraciones de la actriz, en el momento del hecho, ella estaba entre Cheryl y Johnny, cuando este dio un paso al frente para pasar por su costado hacia la puerta y fue cuando sucedió el tropiezo. Al instante, el gánster se llevó las manos al vientre donde había penetrado la afilada hoja que la joven aún sostenía a la altura de su cintura. Lana, no se percató de la herida hasta ver a su hija con el cuchillo ensangrentado, quién al instante, huyó de la recamará tirándolo al piso. En medio del estupor, la actriz llamó a la madre para que trajera un médico y luego trató en vano de reanimar al infortunado criminal.

Muchos malintencionados escribieron en los medios sin consideración alguna, que la actriz era la asesina y en la corte había hecho el mejor papel de su vida. Definitivamente nunca faltan los que tiran piedras y prejuzgan. Son esos que ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio. Leí todos los hechos y oí los testimonios; ni el fiscal ni la policía, consiguieron contradicciones que presentara un engaño de parte de la hija o de la madre; por lo que no hay duda que la menor fue la causante de la muerte del fútil Johnny.

Se piense lo que se piense de la Diva, las declaraciones que hizo en el escenario de la ley, fueron hechas dentro de un estado de shock y de histeria totalmente comprensibles. Se le puede ver en los videos de la época, muy difusos, por cierto, contando los hechos y aunque su lenguaje corporal es algo plástico no puede pedírsele más a alguien que aprendió a vivir en los sets y a conveniencia de los estudios. Se nota en las grabaciones, una mujer profundamente acongojada y culpable de todo lo que fatalmente había pasado en su vida. A su manera y como una leona siempre defendió a Cheryl cuando la supo en peligro y no hizo más, porque nunca aprendió como y su naturaleza era primitiva.

Mucho se dijo en el juicio y la prensa amarillista disfrutó con los trapos sucios de la sadomasoquista relación de la Turner y de las fogosas cartas que Mickey Cohen, había vendido al Herald Examiner.

En solo 25 minutos el jurado tuvo un veredicto: “homicidio justificable”. A esto quiero añadir, las declaraciones del comisionado Ellis Armstrong quien demostró tener mejor percepción de valores a la hora de emitir un juicio. Porque, aunque parezca decente en este caso culpar a la madre de irresponsable, también habría que juzgar al padre quién moralmente estaba ausente de la vida de Cheryl.

Dijo el comisionado:

—“Una muchacha de catorce años es la que se ha sentado en el banco, de los acusados. Sin embargo, yo creo que no es del todo justo que ella esté sola soportando el peso de la acusación. Estoy convencido que este proceso es más importante de lo que parece a simple vista, porque no se trata de una causa vulgar y corriente. No es el proceso habitual del estado de California contra una joven homicida. Es el proceso que se le hace a todo un mundo, a toda una concepción de la vida, que nos está demostrando cuán errónea es”.

 Cheryl, se vio desde ese momento bajo los flashes, las cámaras y la presión de los medios de una forma diferente a la usual. Su vida se vio sumergida en una vorágine de escándalos, de preguntas, policía, corte, la burla de unos medios malsanos que sin consideración alguna la llamaban “destripadora”, y finalmente en la aceptación de la cruda realidad, proceso de adaptación, tolerancia y perdón muy difícil de superar. Pasaron semanas antes de salir de un centro para delincuentes juveniles. Estuvo a cargo de su abuela, con la orden de asistir a tratamiento psiquiátrico junto con su padre y madre, pero esto no fue suficiente para su espíritu inocente ni para su cuerpo acostumbrado a las mil comodidades, trato preferencial, superfluo y presumido que, mantenían todos los hijos de los estelares de la Meca del cine, aislándolos del realismo existencial. Su llanto desbordo las razones y la adolescente trató en vano de quitarse la vida en dos oportunidades.

Sin embargo, la templanza fue colándose y al empezar a trabajar con su padre como anfitriona del exitoso restaurant “Luau” de Beverly Hills, descubrió que podía acercarse a la gente, volver tener relaciones y esto fue vital para ella. Fueron obvios los cambios, y el trato con sus padres fue tomando confianza y calidez. Por supuesto, la prensa insolente pronosticaba para ella una existencia oscura, perdida para siempre dentro de la tragedia sórdida de su adolescencia. Sin embargo, las huellas que han dejado sus años han demostrado todo lo contrario. Desde 1971 comenzó a salir con la modelo Jocelyn LeRoy y al cerrar “El Luau” en el 79, se marchó con ella a Honolulu, donde desarrolló una exitosa carrera como corredora de bienes y raíces. 

La pareja se mudó de nuevo alrededor de 1986, esta vez a San Francisco donde Cheryl publicó su primer libro, el antes mencionado “Detour”, donde se ratifica como autora de la muerte de Stompanato y alega otras vejaciones. La obra fue best seller del N.Y.T. También revela en este texto, la conversación que tuvo con sus padres a los 13 años confesando su preferencia sexual. En el 2014, después de más 40 años juntas, los cambios habidos en la ley, le dieron a Cheryl y a Joyce la oportunidad de legalizar su unión ante los hombres. 

En cuanto a Lana, todos creían incluyéndola a ella misma, que su carrera se había enterrado junto al gánster, pero nunca falta aguja para un descocido y este dicho viene como anillo al dedo, porque estando abajo en su miseria, la Universal Pictures le ofreció protagonizar una hermosa película, el remake de “Imitation of life” (Imitación a la vida) que la relanzó por todo lo alto y con la que logró el mayor éxito de su carrera.

Lana Turner, la “chica del sweter” falleció de un cáncer de esófago en 1995.

M.G. Hernández

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