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Dr. Crisanto Gregorio León

«Los discípulos son la biografía del maestro»

Domingo Faustino Sarmiento

El director de escuela de una universidad pública donde se inscriben mayormente muchachos pobres, pasó raqueta entre los humildes estudiantes extorsionándolos a cuenta de su posición y jerarquía con 35 dólares por aula para sus supuestos viáticos personales. Pero empeñado en que cada uno debía aportar adicional e individualmente 5 dólares. ¿Pero viáticos de qué y para qué?

Y se encabritó el director porque los chicos y chicas no pudieron sino darle 1600 dólares, de lo poco que reunieron por ser de escasos recursos económicos y la mayoría es tan noble que dieron los pocos dólares que tenían para la comida de sus hogares. Para no hacer enojar al director, quien se caracteriza por imponer el miedo y el terror, con un sadismo enfermizo. El tipejo del director tiene problemas graves en la azotea y lo peor es su experiencia delictiva.

El director, conocido maleante académico, botó sapos y culebras por la jeta, al no haber podido arrancarles a los jóvenes la suma exigida. La inmensa mayoría de estos estudiantes viene de hogares pobres, que desean con sus estudios mejorar en la vida y ayudarse a ellos mismos y a sus familias. Pero este director tiene montado desde hace un lustro una garita del chantaje y la extorsión y aunque sus superiores lo saben porque ha sido denunciado, a él lo protege su compadre.

Vienen las vacaciones y él quiere dólares para gastar, pero en todo tiempo este delincuente director acostumbra a hacer extorsiones y chantajes de todo tipo para obtener dólares para sus viajes, diversiones y  sus bacanales. Se le ve en sitios opulentos acompañado de su secretaria a quien le ha regalado un lujoso automóvil y dos suntuosas residencias con los dineros que les roba a los estudiantes. Es un delincuente taimado este ruin director.

Más bien que dirigir una institución, se aprovecha de  su posición y gobierna desde adentro una red de corrupción.

De este mamarracho se sabe que no es educador ni tiene perfil docente, que se las ha ingeniado con sus compadres para mantenerse como director sin tener la más mínima idea de lo que es la educación. Se sabe que viene de otros ámbitos que nada tienen que ver con la educación. El delincuente director incluso usurpa títulos académicos. No tiene estudios en materia educativa y usa la universidad para darse pompa académica y sacarle provecho criminal.

Sus posturas y sus quehaceres anteriores al cargo que hoy ostenta de director de escuela, socavan las bases de todos los perfiles, competencias y saberes que debe tener un gerente en educación. Este tipejo porque no se le puede llamar de otro modo, es un peligroso camaleón infiltrado en la educación. Hace alarde de otra carrera donde es un fallido porque lo han sorprendido infraganti en felonías  y como una maldición ha cometido y comete todo tipo de apologías en la dirección de esta escuela.  

¿Cuál mensaje se les está transmitiendo a los profesionales de relevo? Quienes mientras estudian ven que sus superiores son unos delincuentes, porque en su vida de estudiantes son chantajeados y extorsionados, robados y humillados por el miedo que se les impone.  Con toda seguridad y certeza que serán unos profesionales que saldrán a la sociedad a robar, a delinquir, a maltratar, a extorsionar y a chantajear. El ejemplo maldito que este delincuente director transmite es la decadencia de la moral. No se forma en esa escuela universitaria a gente para la honra y la ética, sino que son tantas las manifestaciones de descompostura moral y ética, que los chicos y chicas tienen una imagen satánica y criminal que emular y esa es la peor imagen. Solo serán buenos ciudadanos aquellos que tengan arraigada una formación familiar en principios y en valores, pero indudablemente que se encuentran en grave peligro andragógico al ver los ejemplos que reciben de quienes deben formarlos con respeto a las leyes y a la moral.  Pero son tantos los malos ejemplos de este director y sus compinches que ninguna sociedad ni ninguna institución se merecen esa cloaca de suciedad, corrupción y pudrición moral que les cae encima.  

Pero los estudiantes se encuentran con un director malandro. Fíjese usted cómo se deforma a la sociedad. Tienen a un ladrón, malandro, delincuente de director de una escuela universitaria que no está formado en ninguna arista como docente ni tiene componente docente, que funge de director sin tener la cabeza bien puesta y jamás haber manejado los siete saberes que nos enseña el maestro Edgar Morin.

Cuando al frente de una institución educativa y formativa como es el caso de esta escuela universitaria, está un delincuente como director cuyas ínfulas lo tienen tan pavoneado que no cabe dentro de sí, henchido por su poder circunstancial y sus relaciones criminales, pero sobre todo por su impunidad en cometer delitos dentro de la instrucción , en ocasión a ella y en contra de los estudiantes; cuando eso ocurre como en efecto está ocurriendo, entonces los productos que salen a la sociedad, son productos contaminados porque el director y sus cómplices los han contaminado, les han hecho ver a los futuros profesionales la cara defectuosa y criminosa para ofender la vida y burlar a la sociedad y serán unos expertos delincuentes que saldrán a arrebatarle la tranquilidad a los ciudadanos que con ellos tengan que codearse.

Cuando se extorsiona al pobre y al necesitado estudiante, cuando se hace eso con cualquiera que por su edad se está forjando en el hombre o la mujer del mañana, entonces no se coloca en su caja de valores sino disvalores, unas competencias que no son competencias sino deformaciones morales y éticas para seguir destruyendo a la sociedad.

«La tarea del educador moderno no es podar las selvas, sino regar los desiertos».

C.S. Lewis.

crisantogleon@gmail.com

Profesor Universitario/Abogado/Psicólogo/Periodista/Escritor.

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