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M.G. Hernández

CAMBALACHE: SIGLO XX O XXI

Un tango sin tiempo…

En 1934, se escribió este tango,preocupado su autor por el cambio social y la violencia que se tragaba el siglo sin ninguna misericordia nicontrición.

Pero es que no podría ser otro el género que mostrara al desnudo la desfiguración social, debía ser esta música tan visceral, el tango. Esta corriente melódica que se distingue por su denuncia histórica y pesarosa, porque es un drama compungido, un drama que, aunque lo bailan, lleva en sus notas la nostalgia del bandoneón que, para mi gusto y junto al saxofón saben llorar, saben traducir en música, el alma, el corazón, la congoja larga y pesada del fallido amor. Letras de tangos como “Volver con la frente marchita”, “el día que me quieras” uno de los tangos menos tristes, pero tan solo con una esperanza que mira al cielo clamando en su soledad, evidentemente, por un amor no correspondido. “Adiós muchachos compañeros de mi vida”, “Uno va arrastrándose entre espinas”, “que amor y fe, mentiras son y del dolor se ríe la gente”, y así podría seguir y llenar folios con gritos de pena por lo que se va, por lo perdido, por lo que jamás regresará.

En cambalache, tenemos una visión de la huida de principios en una sociedad cada vez más libertina, más violenta, sedienta de poder y de dinero. Valores que no han vuelto y que, por el contrario, cada día se alejan más; convirtiendo el mensaje de Discépolo en una visión tristemente futurista. Los personajes nombrados en su contenido, son de un ayer muy lejano, pero solo basta suplantarlos por los que ocupan las noticias hoy, ¡y ya!, hicimos que Cambalache remozará sus notas y el papel donde está escrito perdiera el olor a viejo y el amarillo del tiempo logrando el milagro de traerla al siglo XXI.

Esta letra escrita en jerga callejera lunfarda, es fácil entender, con excepción del nombre de algunos objetos en desuso y desconocidos hoy como: “sable sin remaches” o “llorar la Biblia junto a un calefón”.

El sable sin remaches, era el gancho que se colocaba en el baño donde clavaban la biblia que entonces regalaban los protestantes y que usaban para limpiarse el trasero a falta de papel toilette. El calefón era un artefacto para calentar agua, que también era colocado en el baño.

Con este tango, su creador y pesimistaEnrique Santos Discépolo, ¿pasó a ser adivino o decretó nuestro futuro?, ya que su canción dice que el mundo seguirá siendo una porquería en “el 2000 también”. Y, así mismo ha sido, pero no tendría que seguir siendo. Su letra definitivamente no se puede encajonar al siglo XX, se puede llevar atrás a otros siglos, no obstante, nada puede igualar la era atómica que comenzó precisamente, en el siglo XX de Cambalache. No voy a hablar aquí de los logros del hombre como el descubrimiento de América, la imprenta, los aviones, submarinos y pare de contar. Quiero hacerlos meditar en lo que podríamos hacer para que canciones como esta, no sea lo que siga llevando la humanidad en su valija tiempo tras tiempo. ¿De qué nos ha servido tanta tecnología si sigue siendo tan triste el destino? Si sigue habiendo choros, maquiavelos y estafados. Y nos da lo mismo el que trabaja como un burro, el profesional, el asesino, el niño y el adulto, porque solo importa el gobernador. Lo que es todavía peor, lo que importa es la ideología para ser recompensado. Lo importante es complacer al que aporta dinero, hoy, podríamos llamarlo “foro económico” que marcha a todo vapor hacia la cima del poder mundial, rompiendo tradiciones y cultura.

M.G. Hernández

Les trascribo el tango, solo pónganle nombres o cambien el verbo y verán que hablan del tiempo actual. Esperemos amigos que esto NO se escriba en el siglo por venir. Que abramos los ojos y miremos detrás de la cortina para ver quien la abre y cierra a su antojo. No miremos más los actores, son simples marionetas.

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé
En el 510 y en el 2000 también
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos
Contentos y amargaos, valores y dublé (joya falsa)

Pero que el siglo 20 es un despliegue
De maldad insolente, ya no hay quien lo niegue
Vivimos revolcaos en un merengue
Y, en el mismo lodo, todos manoseaos

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor
Ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafador
Todo es igual, nada es mejor
Lo mismo un burro que un gran profesor

No hay aplazaos, Ni escalafón
Los inmorales nos han igualao
Si uno vive en la impostura y otro afana en su ambición
Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos
Caradura o polizón

¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón
Mezclao con Toscanini, va Escarfaso(Al Capone) y Napoleón
Don Bosco y La Mignón(putas), Carnera(boxeador) y San Martín

Igual que en la vidriera irrespetuosa
De los cambalaches se ha mezclao la vida
Y herida por un sable sin remaches
Ves llorar la Biblia junto a un calefón

Siglo veinte, cambalache problemático y febril
El que no llora no mama y el que no afana(roba) es un gil(tonto)

Dale nomás, dale que va
Que allá en el horno se vamo a encontrar
No pienses más, sentate a un lao
Que a nadie importa si naciste honrao

Si es lo mismo el que labura
Noche y día como un buey
Que el que vive de las minas
Que el que mata, que el que cura
O está fuera de la ley

Letra de Cambalache © Warner/chappell De Argentina S.a.

Canción de

Enrique Santos Discépolo

y Raul Seixas

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