A diario entran furtivamente venezolanos a Trinidad. Referencial
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Una embarcación proveniente de Tucupita fue interceptada por la guardia costera de Trinidad. En ese bote viajaban venezolanos que intentaban llegar a la vecina isla buscando nueva vida.

Una joven madre de Tucupita integraba ese grupo de personas y llevaba a sus dos pequeños hijos de uno y dos años quienes se reunirían en Trinidad con el padre para estar juntos.

Hasta ahora se desconoce si hubo intercambio de disparos, si dieron la voz de alto y no se detuvieron, solo se sabe que el niño murió en brazos de su madre.

Un nuevo episodio que llena de dolor a una familia y llama a reflexión para quienes están en Venezuela y arriesgan su propia vida escapando de la crisis económica por la que atraviesan muchos hogares.

Igualmente se hace un llamado a las autoridades a vigilar de cerca a quienes hacen de la crisis un negocio o modo de vida. Cada vez se hace más urgente, aplicar la justicia frente a estos delitos como es el llevar a personas cobrando grandes sumas de dinero y el tráfico de personas que hoy afecta a muchas venezolanas, víctimas de la «venta» de mujeres por mafias poderosas reconocidas por las autoridades trinitenses.

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