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Estas detenciones fueron las realizadas el 25 de julio donde violntamente llegaron a las viviendas y sacaron a los ciudadanos a la fuerza

Arrestos, largas detenciones y deportaciones son el día a día que viven los migrantes venezolanos en Trinidad y Tobago, El Periódico del Delta pudo obtener información del drama que viven más de 25 personas que fueron sacados de sus residencias.

El éxodo masivo de venezolanos para escapar de la severa crisis, ha supuesto una carga fuerte para los sistemas de atención social y de justicia de las naciones más pequeñas en la región.
Para muchos de estos países, entre ellos Trinidad y Tobago, el peso es prácticamente imposible de llevar a pesar que estos países reciben ayuda internacional.

Se conoció que estos 25 venezolanos fueron detenidos en Trinidad y Tobago, donde apenas hay información sobre sus casos. La mayoría de ellos fueron privados de libertad y apenas disponen de asistencia legal y médica.

El migrante Emil Rodríguez un deltano quien contó a El Periódico del Delta explicó lo que han debido encarar desde el pasado 25 de julio del 2020, estas personas entre ellos 15 hombres, 06 mujeres y cuatro niños los cuales fueron arrestados la madrugada de ese día cuando se hallaban durmiendo en sus sitios donde residen en la comunidad de South Oropouche y trasladados a diferentes cárceles.

Explicó que estos venezolanos en su mayoría deltanos, han estado tras las rejas desde entonces, donde las “condiciones son inhumanas. El trato de ellos, la misma xenofobia no es igual al trato que tienen con los locales», dijo en alusión a las últimos detenciones.

Emil Rodríguez afirma que estas personas están sufriendo de hacinamiento ya que en una celda se encuentran hasta 9 personas: «No tienen agua para bañarse, la comida que le suministran no es buena y no cuentan con atención médica. Muchos se encuentran enfermos».

Y eso, -dice-, es solo una parte de la carga emocional y económica que enfrentan como parte de una situación que cataloga de «injusta».
«Ninguno ha podido ver a sus familiares desde que fueron detenidos», afirmó.

En entrevista con El Periódico del Delta, Emil Rodríguez dijo que se sienten «acorralados».

«Los policías amenazan con buscar a los venezolanos, con ponerles droga para llevárselos detenidos. Yo no salgo, yo ando escondido, yo no voy ni siquiera al minimarket (mercado)», dijo.

En muchas ocasiones los cargos presentados a los venezolanos en la corte incluyen resistencia al arresto y comportamiento desordenado y obstrucción a la justicia.

Según un abogado de ese país, todos estos delitos son «ofensas menores».
«Muchas veces cuando los venezolanos son arrestados se quedan en la cárcel por la duración del juicio. Algunos de estos casos pueden llevar años.

A los venezolanos se les permite pagar fianza, pero el monto es tan grande que les es imposible cancelarlas», afirmó un abogado consultado.

Familiares y abogados consultados creen que los venezolanos en Trinidad y Tobago se están enfrentando no solo a la falta de recursos. Describen incluso que se trata de un contexto donde es visible la xenofobia.

Emil Rodríguez dijo que estas personas solo quieren saber si van a ser deportados o van a ser enjuiciados, porque ningún organismo de esa nación les da una respuesta por lo que se estaría violando convenios internacionales de DD.HH.

Cabe destacar el discurso ante las Naciones Unidas en Nueva York en septiembre pasado donde el relecto primer Ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, dijo «Nuestra política tiene sus raíces en los atributos humanos de respeto, dignidad y asegura que la empatía brille como un faro para los desamparados», en el que mostró además su preocupación por la cantidad de venezolanos que llegan a su país.

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