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Eulio Sandoval Martínez, llega a la puerta del Paraíso, toca la puerta: Tum,Tum, Tum, sale el portero y le dice:

  • Pase adelante, señor y dígame su nombre.
    Eulio, le responde:
  • Eulio Sandoval Martínez, de Playa Grande. Carupano.
  • Okey, pase adelante a esa oficina, donde el Jefe (San Pedro) lo atenderá.
    Al pasar ve a San Pedro sentado detrás de un escritorio, la oficina era toda blanca, un color que no te molestaba para nada, te daba una sensación de paz de tranquilidad, un ambiente tan agradable, que no te daban ganas de abandonar ese espacio. San Pedro se para y sale al encuentro de Eulio, lo abraza y le dice:
  • Gracias, Eulio, por atender nuestro llamado, te hemos traído por la vía más rápida y expedita posible, por recomendación del Padre Celestial. ¿Cómo estuvo el viaje?
  • !Me trajeron, más rápido que cochino pal matadero!
  • Disculpa, pero te hicimos unos avisos, a través de tu salud, de repente, no supiste descifrar estos mensajes que te enviamos. Pero lo importante, es que ya esta con nosotros.
  • Bueno, dígame, pa’ que soy bueno, porque el que me llama, no me engaña.
    -Estas aquí, por solicitud especial del Padre Celestial, ya que en la Radio del Cielo necesitamos a un locutor de planta y revisando el dossier de la cantidad de locutores que tenemos censados, tu eres el único que reúne el perfil, por tu don de gente, tu espontaneidad, tu forma alegre y amena de hacer radio, tu lenguaje ameno y popular, el refranero que utiliza para llegar al público, por esos 35 años que tuviste despidiendo el año viejo y recibiendo el nuevo año; por esta razón estas aquí, ya que Nuestro Padre Celestial, te necesita para que cumplas esa función, aquí en el cielo.
  • San Pedro, disculpe: El ñeco Atilio: ¿Està aquí?
  • Luego tu mismo lo vas a averiguar.
    -San Pedro, otra pregunta: ¿Por qué a mi, porque a este cuerpo?
  • Ustedes no tienen aquí a: Robert, Josefina Lugo, José Rodríguez, a Alberto Medina, Sánchez Castro, José Vicente Zambrano, Sócrates Hernández, a este muchacho Héctor Silva de Guárico, y muchos otros.
    -Nadie conoce los designios del Padre Celestial.
    -¡Bueno, amanecerá y veremos!
    -San Pedro, disculpe, allá se quedó un locutor que también es un extraordinario comunicador social, popular, con mucho carisma, un maestro de la locución, compañero de cabina en la Radio Tucupita, llamado José Ángel Sarabia Rojas, yo personalmente lo recomiendo. Compartiría cabina con ese gran amigo.
    -Te repito, los designios del Padre Celestial, son desconocidos. De todas maneras, cualquiera otra cosa te mantendré informado.
    San Pedro, ya para despedirse, le dice:
  • Recuerda ese refrán que utilizabas: ¡Y seco mi hermano querido!, no lo podrás utilizar en la radio del cielo, por cuestiones obvias.
  • Recuerda San Pedro, tráeme a Sarabia Rojas, para ponerte a valer la Radio Celestial. Te lo recomiendo, es muy bueno como persona y locutor.
  • No te preocupes, ya él está aquí con nosotros.
  • Espera aquí, los vendrán a buscar para conducirlos al sitio que le hemos destinado, aquí en la morada del Padre Celestial.
    Tucupita, agosto 2019

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