Aramoix y los goles en contra

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Apostar a perder o gol en contra definen el contenido de este artículo, cuando por ejemplo en un equipo de fútbol  uno de los delanteros se empeña en producir auto ataques por revelar a la oncena contraria las tácticas y las estrategias  que serán empleadas en el partido por su propia oncena  y deja a su mismo equipo expuesto para perder.

Tengamos presente que la estrategia es el complemento de la táctica, es decir cómo se van a mover los jugadores o cómo van a reaccionar ante unas situaciones específicas. Este es un concepto dinámico que engloba los movimientos individuales, colectivos y la filosofía de juego.

Aramoix, es un jugador ficticio que habiendo sido nombrado delantero por su presunta lealtad al equipo, en cambio trabaja subterráneamente al revés, para anular al defensa y al centrocampista propios, de modo que pueda afectar las estrategias y las tácticas del guardameta al que pertenece y lograr que el balón marque goles en contra de su propia cuadrilla.   

Aramoix aparenta respetar las reglas de juego, cuando en realidad las viola de bajo perfil y hasta temerariamente en público justificándose siniestramente de ello, sobre todo las reglas del honor y de la confianza recibidas y en consecuencia se burla del director técnico, apostando a su destitución porque es a él a quien se le hace responsable directo de los resultados del juego.

El enemigo encubierto es Aramoix, un ser malvado que en vez de apostar a los esfuerzos de su equipo, por el contrario diseña la forma y manera de permanecer en la oncena para sabotearla desde adentro, buscando su implosión.

Distinto es perder el partido porque la oncena contraria en buena lid se haya preparado mejor, pero cuando vemos que  las estrategias y las tácticas propias son desarrolladas por el rival, eso nos hace pensar en la fuga de la información. Es cuando la presunta casualidad nos hace reflexionar sobre la presencia de un espía.  

Hay una depravada indiferencia al honor y a la lealtad, una intencionalidad manifiesta por desoír  al entrenador, empeñándose en voltear a propósito y con la pretensión deliberada, todo cuando beneficia al equipo propio, colocándole en bandeja de plata a la oncena contraria las estrategias y tácticas para que gane una vez que su defensa u ofensiva está en manos del adversario.

Ciertamente cuando no encontramos una explicación racional a ciertas conductas, la respuesta es: sexo, dinero o drogas.  A uno de estos tres factores obedece el comportamiento de Aramoix.

¿Cuantos Aramoix conoces en cualquier escenario de la vida?

Crisanto Gregorio León. Abogado / Escritor

crissantogleon@gmail.com

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