Mara , la vieja camandulera

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Dr. Crisanto Gregorio León

«La gente usa una máscara de mentira para lucir atractiva».

(Muhammad Saqib)

Las “Viejas camanduleras” eran las señoras que mientras el sacerdote decía la misa en latín de espaldas a su grey, rezaban el rosario, susurrándolo y hablando mal de su prójimo camándula en mano. Se les conocía como las “viejas iglesieras”.

A Mara se la ve asiduamente  en la iglesia, con su camándula física en las manos; pero con el demonio en su alma, en su mente y en su corazón, que es manifestación de su camándula mental y espiritual. Incluso aunque yendo a escuchar las homilías en señal de adoración a lo santo y a lo sagrado, también tiene su monigote  en forma de niña indígena o de brujita a la que le hace adoración y de la cual dice recibir mensajes de  nigromancia.

 Aunque se lo merece por malvado, sádico, depredador sexual y social, por corrupto, extorsionador  y déspota, Mara es la peor detractora que tiene el coronel psicópata, pero ella  finge astutamente que es su amiga. El doctor fraude la patea, la cambia enésimas veces de departamentos o de gerencias porque  Mara es una incapaz como profesional y le ha comprobado corrupción,  pero el psicópata no tolera mayor corrupto que él y menos si no la ha autorizado para cometer corrupción; pero también el psicópata estratégicamente la pasea por distintos cargos en varios departamentos porque ella le lleva y le trae chismes y al narcisista le encanta un chisme, tal cual una comadre de vecindario. Mara es una mona voladora del psicópata, ella  tiene comunicación directa con el doctor fraude, es una correveidile profesional que sufre del sesgo cognitivo Dunning-Kruger, que pretende engañar a todos con camándulas en las manos en la iglesia para impresionar a los crédulos feligreses, pero la delatan las camándulas de su personalidad en el corazón todo el tiempo para causar daño a sus semejantes.  Pero esto debe ser explicado.  El sesgo cognitivo o síndrome de Dunning-Kruger es una distorsión cognitiva que lleva a los individuos a sobreestimar sus habilidades o conocimientos en relación con un tema o campo específico, considerándose expertos o especialmente dotados en áreas en las que, en realidad, son sólo moderadamente competentes.

Al doctor fraude y a Mara es menester advertirles respecto de sus almas , por el dinero mal habido en la corrupción que tienen en la empresa , cuando ella va a la iglesia ó cuando ambos toman la hostia o el cuerpo de Cristo en las homilías que se hacen en la institución para que los crean un buenos  cristianos, que se trata de una ofensa a Dios (Mateo 6, 24) : Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero al mismo tiempo. Mara y Fraude son dos corruptos comprobados y ambos son  indisciplinados espirituales.

La palabra camándula se refiere a un rosario que tiene 33 granos, uno por cada año que vivió Jesús, y que acostumbran llevar las señoras devotas a la misa en señal de piedad y para rezar el rosario. Pero camándula también significa, astucia tramposa o de mala intención, la acción de buscar el propio beneficio a través del disimulo, el embaucamiento o la persuasión.  Así hipócritamente Mara se la echa de piadosa los domingos en las iglesia con sus camándulas físicas en las manos, pero su disfraz es efímero porque también todo el tiempo con sus camándulas de la personalidad enrarece y desarmoniza sus entornos, porque es una mujer maligna en su corazón en contra de sus compañeros de trabajo y detractora de sus vecinos.

                Para que crean que es buena persona, Mara es capaz de fingir un gesto de altruismo privándose de un trozo de su almuerzo para darlo a quien no lo tiene, pero no en señal realmente de amar a su prójimo sino para pavonearse, para lucirse delante de los presentes y tal cual como la bruja malvada dio a la  princesa Aurora una manzana envenenada, Mara entrega una migaja de su comida para luego asesinar a su víctima y en el caso de esta “bruja misera”, además  con el propósito de conseguir aliados entre quienes puedan verla como un dechado de virtudes, al mismo tiempo que da un pedazo de pan, comete un asesinato moral y profesional en contra de sus víctimas, luego de darles un bocado espiritualmente envenenado con su maldad.  Tal cual el pensamiento de Plauto: “En una mano lleva la piedra, y con la otra muestra el pan”.

Bajo el imperio de Ananás, nos enteramos de la propia boca de Mara que el coronel psicópata se auto otorgó un título por el cual no estudió y que valiéndose de su jerarquía se lo auto confirió, adjudicándose fraudulentamente un pergamino de doctor del que ignora hasta los ejes transversales de la investigación a que se contrae la tesis que se plagió. Toda la institución se enteró así de los labios de Mara, de cómo el coronel psicópata es un fraude de doctor. Y como todos los caminos conducen a Roma, luego de una concienzuda investigación se logró detectar que en efecto el título de doctor del coronel psicópata es una estafa. Por lo que no solo es una estafa su rango de coronel porque en realidad es un sargento que viene de la tropa, sino que también es una estafa su titulación de postgrado.  “El maldito coronel no ha estudiado, sino que se aprovecha de su puesto, de su cargo y de su jerarquía para tramposamente  apropiarse  de laureles que no se ha ganado”, pero por ningún lado se le divisa el honor.

El coronel psicópata es una estafa como persona y es un infeliz, que causa mediante el sadismo, el narcisismo, la licantropía y otros trastornos de la personalidad y varios síndromes nefastos, como el síndrome de Hubris y el de Dunning-Kruger; daño a otros e inclina morbosamente el oído al chisme y a la infamia  para desmejorar o quitarle el trabajo al personal de la empresa que él cree que lo envidian o le hacen sombra; pero especialmente inclina el oído para escuchar de Mara cuantas degradaciones pronuncia en contra de los intelectuales de la empresa, muchos de los cuales prefieren no hacer aportes ni intervenir en mejores y más saludables opiniones para la actividad de la corporación, debido a la toxicidad de Mara y  ante esta rastrera profesional “Dunning-Kruger”, de igual modo otros auténticos profesionales  a los que ella no les llega al ranking,  han sido vilmente despedidos por la acción corrosiva y subterránea de Mara, porque ella es envidiosa, que además al igual que su jefe el coronel psicópata sufre del síndrome de Procusto  y se sacia en desquitarse en otros sus vacíos y su  falta de conocimientos científicos en la profesión que desempeña.  Parece hermana biológica del coronel psicópata, del hijo de primos hermanos, pues son tal para cual, por eso el doctor fraude ve en ella la indisciplinada de la empresa a quien le ha dado la gana de mantenerla como funcionaria activa porque apenas la considera al tener ella un familiar militar.

En psicología, llamamos síndrome de Procusto al rechazo hacia las personas que sobresalen, es decir, a la incapacidad para aceptar las virtudes de otros. Las personas que lo padecen se caracterizan por un miedo constante a ser superados, a no ser lo suficientemente buenos y a sufrir sentimientos de envidia. El síndrome de Procusto, es el síndrome del envidioso; las características principales de las personas con síndrome de Procusto son: miedo a ser rechazadas, odio hacia los demás, incapacidad de reconocer virtudes y/o logros ajenos, temor a ser superada, envidia, escasa tolerancia a la frustración, e igual que el narcisista ; sentimientos de inferioridad que buscan esconder o tapar haciendo que los demás los traten como dioses  y en ello su baja autoestima por la que se llenan de ínfulas para parecer grandiosos, así en esa faena tengan que destruir a otros.  

Mara tiene por modus operandi, decir  palabras camufladas de inocentadas, pero que están cargadas de  dinamita perversa para destruir a otros profesionales, o hacerlos ver como incapaces, o que sus trabajos o desempeños no son idóneos y que ellos no son competentes,  mientras ella se muestra como la  “pepa del queso”;  “porque ella es la que sabe” y la que ostenta el profesionalismo científico. Así siembra en los desconocedores de esos asuntos, la duda respecto de la capacidad y la competencia de otros profesionales, y la audiencia cree lo que no es verdad por venir de quien viene, porque supuestamente es la conocedora a ciencia cierta por sus años y por su aparente desenvoltura y con esa impostura los maneja a su merced.  Pero nadie sabe  del número  de años que duró Mara en la Facultad para graduarse, porque además le aplicaron el reglamento de repitientes. Pocos saben de las cantidades de veces que aplazaron a Mara en sus estudios y de su penoso récord académico, que no daba pie con bola y que al fin la tuvieron que graduar porque se estaba haciendo anciana  en la facultad, ya que los profesores no la querian ver más en clases.  En realidad era patético verla cuando lloraba por los pasillos, en las aulas o en la graderías pues no captaba ni sabía nada de lo que estudiaba,  y cómo en las carteleras se registraban sus malas calificaciones que iban de mal en peor y tenía que recurrir a hacer fraude académico copiándose . Lo que pasa es que Mara pretende esconder su joroba, luciéndose haciendo trizas a los auténticos profesionales, cuyas calificaciones académicas jamás pudo alcanzar. Es la manera en que por  su envidia, Mara encuentra satisfacción en destruir a los más competentes ante su propia incompetencia.

Traiciones y desórdenes morales y espirituales. Con Mara pasa respecto del coronel psicópata y su banda de malhechores,  lo que a Ananás con Juanita, que traicionó a su mentor y hasta lo golpeó.  La traición y la entrega del corrupto Ananás debió venir de otras manos pero no de Juanita quien le debe a este Abacaxi hasta el cargo que le da de comer. De Mara podemos decir que es una lengua viperina atacando a sus espaldas al doctor fraude y a su barragana Isabel la etílica; todo lo inmundo, vil y criminal que se sabe del coronel psicópata  y de la dueña de las torres gemelas o las columnas de corrupción;  mayormente se ha difundido por la boca de Mara. Pero cuando los ve hipócritamente se le bajan las pantaletas y no halla donde ponerlos para rendirles pleitesía. Igual pasa con los otros jefes de quienes se sacia despotricando de ellos, o difundiendo la realidad sobre sus ejercicios corruptos, pero al tenerlos presentes face to face,  les lame las botas. Esta “señora brujita” tiene graves problemas de personalidad, pero es el tipo de gente a la que el coronel psicópata prefiere conservar a su alrededor para mantener  inflado su “ego” como todo narcisista.  Gente que declina su autoestima en ponerse genuflexa ante el coronel fraude, como lo hace Mara aunque sea de manera astuta y desleal porque a sus espaldas lo hace picadillos. Fraude prefiere a  gente que le muestre un rostro de rendición intelectual para sentirse grande, porque necesita ser adulado y está lleno de jactancia y prepotencia. Me comentó una colega que ella los creía más profesionales, pero ellos de profesionales solo tienen el fraudulento título, porque en sus actuaciones y desempeños son unos profesionales pero de la mentira, de la hipocresía y de la corrupción. No hay profesionalismo ético, ni moral y menos conciencia espiritual, al parecer solo se están ganando las entradas para el estreno de sus almas en la quinta paila del infierno. Pero ni Pierina se salva de la lengua destructora de Mara, que ciertamente tiene sus bemoles pero de ella hablaremos en otra epístola.

Mara siente complacencia maligna al sembrar cizaña en contra de sus compañeros de trabajo, pero especialmente en deshonra de aquellos a quienes ve más competentes que ella y a los cuales debe destruir a toda costa, quitarlos del camino. Mara se sacia metiendo en mal con el coronel psicópata a los más idóneos, para granjearse puntos y ufanarse de su mediocridad. Para Mara ningún profesional sabe lo que ella, ya que goza de suficiencia intelectual y dizque académica y está sobrada con un conocimiento pleno de lo que nunca ha estudiado; pues es abogada, psicóloga, arquitecto, ingeniero y paremos de contar, invasiva sin títulos que confirmen sus blandidas y presuntas competencias.  Porque Mara se las sabe todas, siendo la única capaz en su deformada y envidiosa mente, poseedora exclusiva de los principios y fundamentos de todas bases científicas de las profesiones de los demás compañeros de trabajo, por eso “se atreve con toda autoridad a cuestionarlos”. Según Mara, ella es dueña de tan extensos conocimientos que incluso coloca en tela de juicio las actuaciones de los otros profesionales de la empresa,  porque ella es la que  sí sabe, lo demás son unos ignorantes incompetentes.  No podemos decir otra cosa de Mara, sino que es una “loca de carretera”. No le recibas comida a Mara, porque te dará con una piedra.  

La institución está llena de barbarie, y los intelectuales deben ser sumisos al doctor  fraude y a la corrupción o serán echados, porque la pestilencia es la que reina. Fraude o el doctor fraude quiere solo talentos genuflexos a la corrupción, pero ante la dignidad de los auténticos profesionales, se ha quedado con la bazofia y acepta convenientemente para sus fines criminales  solo asesoramientos mediocres y tan fraudulentos como él. Porque los razonamientos que recibe el coronel psicópata son falacias o  razonamientos no válidos que, sin embargo, parecen serlo. Y el doctor fraude se ha percatado muy tarde de los bajos e indisciplinados insumos intelectuales que recibía de  Mara.

Mara, “la lengua es castigo del cuerpo”.

La envidia, el más mezquino de los vicios,

se arrastra por el suelo como una serpiente.

(Ovidio)

crisantogleon@gmail.com

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