“En tres y dos los pobladores de los deltas de los ríos. Permanecer hoy en el Delta del Orinoco durante el ascenso del río es una temeridad.”
Lo que informa la ONU no debería sorprendernos, las gentes de ciencia nos lo venían advirtiendo, pero “sonaba” lejos y no tan real; ahora dicho por este organismo la cosa parece más “terrenal”, y noticia “vieja” o de ayer”… Por lo visto la cosa es seria e inminente.
Es lógico y tiene sentido que hoy los continentes, a raíz del ascenso de los mares, tienen cada vez más difultades para librarse del exceso de aguas, y también tiene sentido que los que habitamos los deltas de los ríos estamos atrapados entre las aguas continentales rumbo al mar, y las aguas de los océanos en ascenso e intentando penetrar a los continentes. Tal situación, por razones obvias, propende a incrementar los niveles de los ríos favoreciendo la ocurrencia de grandes crecientes.
La situación nuestra en el Delta del Orinoco es más complicada y grave. ¿Por qué?
En la década de los 60 tecnócratas y políticos, seducidos por la fiebre desarrollista de ese entonces, tuvieron la “genial” ocurrencia de “atajar” las aguas continentales en su “camino” al mar, interponiéndole un “obstáculo”: el Sistema de Protección de Inundaciones (SPI). Tal “genialidad” permitió, entre otras cosas, la ocupación de espacios que anteriormente estaban bajo aguas, y conectarnos vía terrestre con el resto del país. Así pasamos de ser “cuatro pelagatos” asentados en el borde de las islas, a un número multiplicado por cinco y más no circunscritos a los bordes sino “regados” en la superficie de las islas,… y dependientes del citado “obstáculo” (SPI)… Pero, como toda obra pública en nuestro país, el citado SPI conforme fué hecho fué abandonado, y como no se trata de una calle o una cuneta sino de una obra para retener un “mar de aguas”,… estamos entonces metidos en un gran “berenjenal”.
Como fué señalado anteriormente el ascenso del nivel de los mares se traduce, entre otras cosas, en crecientes de los ríos de mayor magnitud, más frecuentes y más sostenidas por tanto el “obstáculo” (SPI) interpuesto a las aguas continentales tiene que dar la “talla” para repeler con éxito los ascensos extraordinarios de los ríos,… pero en lugar de haberlo cuidado fué abandonada y hoy, entre otras cosas, su altura en diversos sectores, incluso aledaños a la ciudad, está a un metro y más por debajo de la altura que debería tener, además de carcomido hasta la ruina en su generalidad, por esas razones nuestro futuro en medio de aguas continentales y marítimas está seriamente comprometido.
Esa es nuestra realidad hoy en el Delta del Orinoco,… pero el Estado Venezolano y la ciudadanía, juntos, siguen con la cabeza metida bajo tierra como el avestruz.
Delta del Orinoco, febrero 2023
Rogelio Rodríguez Rodulfo.
