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Las mujeres indígenas tienen un rol fundamental en la preservación y revitalización de la cultura de los pueblos y comunidades indígenas. Pero sólo a través del goce y respeto de sus derechos, podrán asumir esta vital tarea.

Contrariamente, las mujeres indígenas se enfrentan a patrones de discriminación, violencia y exclusión, que se perpetúan a lo largo de toda su vida.

De acuerdo con los datos recolectados en el Informe de Violencia Hacia la Mujer Indígena elaborado por Kapé Kapé en el 2022, se evidenció que, si bien la violencia doméstica tiene presencia en las comunidades indígenas, la implementación del Arco Minero del Orinoco ha significado una diversificación en los tipos e impactos de la violencia hacia las mujeres de estas comunidades.

A la luz del informe, resulta más preocupante que no sólo se trata de manifestaciones de explotación laboral, prostitución, esclavitud sexual,  tráfico y trata de mujeres, niñas y adolescentes, que en sí mismas representan graves daños a la salud física, psicológica y sexual de estas mujeres, sino también las constantes denuncias sobre amenazas, hostigamiento, desapariciones y feminicidios que dificultan aún  más la posibilidad de las mujeres de salir de este espiral de violencia que atenta no sólo contra su propia salud y vida, sino también con  la desarticulación familiar y comunitaria.

El 97% de las mujeres indígenas encuestadas en el Informe Hacia la Mujer Indígena manifestó haber sido víctima de algún tipo de violencia.

Así mismo, a efectos de caracterizar los relatos de violencia de las mujeres participantes, se consideró dentro de los mismos el tipo de violencia presente, el agresor y el lugar de incidencia del hecho. En este sentido, fue observable que la mayoría de los casos de violencia fueron de índole física y verbal con (19 casos) en la primera y (11 casos en la segunda). Respecto al agresor, más de la mitad de las mujeres (62%) identificó como agresor a su esposo o pareja, siguiéndole en importancia otros actores como la guerrilla y la GNB, los jefes del trabajo ambos con un (11%) respectivamente.

A la luz de esta realidad que viven las mujeres indígenas de Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, y en el marco de la celebración del Día de la Mujer Indígena, Kapé Kapé aprovecha para recordar que las sociedades y Estados tienen la responsabilidad de generar las condiciones para que las mujeres indígenas puedan disfrutar de sus derechos, de manera que sus voces y riqueza cultural se escuchen en todos los espacios en los que habitan, no solo en el hogar y la familia, sino también en el espacio político, social, económico y cultural.

PRENSA KAPÉ KAPÉ

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