Es comprensible que, por lo largo de la pandemia y el hecho de que la vacunación ha contenido el brote, la gente tienda a relajar las medidas de bioseguridad o asumir el covid-19 como si no fuera una cosa grave. “Una gripezinha”, como llegó a decir de manera irresponsable Jair Bolsonaro. Pero la realidad es que hay diferencias importantes entre el covid-19 y la gripe, y asumir que son lo mismo es más bien peligroso.
Eso no lo digo yo, lo dice la ministra de Ciencia y Tecnología de Venezuela, Gabriela Jiménez, quien ha publicado en Twitter un estudio realizado en Polonia y difundido en la plataforma suiza de revistas científicas Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MPDI) que demuestra que una de las diferencias más importantes entre el covid-19 y la gripe estacional es que esta última no deja secuelas, mientras que el covid ha mostrado más de 50.
Los efectos “post-covid” más comunes son fatiga, una tos de larga duración, disnea y problemas neurológicos que llaman “niebla mental” y se manifiestan como confusión, dificultad para pensar, incapacidad para concentrarse, entre otras cosas.
EFECTOS A LARGO PLAZO DE LA COVID-19
La ministra Jiménez hizo énfasis en la importancia de la vacunación y en tener claro que todavía estamos en la lucha contra la pandemia. No hay que descuidarse.
“Vacunarse y recibir el refuerzo es la mejor elección para la vida, acércate al centro de vacunación más cercano; ¡la Pandemia no ha terminado!”.
TOMADO DE LA COLUMNA DE ÁNGEL GONZÁLEZ/EL INFORMANTE/UN