Este disparate de nación sin presente ni futuro en que nos hemos convertido, con una población diezmada por la desgracia, no es solo causa y efecto importado sino delito culposo de la pérfida clase política que nos representó y que transgredió en todo su contexto el fundamento de la democracia. Nos acostumbramos en el pasado siglo a vivir con la tarjetita de un partido y entre partidos de tarjetahabientes, donde daba los mismo un justo que un gandul. Toda una generación se levantó observando un país con la moral en el candelero y así se incubó el resentimiento que aprovechó el más cínico de los maestros que, embaulado desde 1959 hasta que murió en 2016 en su Cuba natal, planificó y llevó a cabo con todo éxito la conquista de la patria de Bolívar, con el solo pensamiento de convertir su isla, más que en rémora, en conquistadora.
Después de sangrar por más de 20 años, la familia venezolana con los brazos caídos no quiere oír más de elecciones porque piensa que ni con pepa e’ zamuro, tiene la oportunidad de coronar; privilegio solo de quien posee despóticamente el poder de las armas.
No creo en casualidades, pero acabo de recibir un artículo sobre el mismo tema que escribo del abogado Nelson Chitty la Roche y he decidido parafrasearlo con mucho respeto y a mi manera. Quisiera que su voz a través y unida a la mía, llegase a todos los rincones del país y entendieran su contenido como la única posibilidad de salir de este marasmo de cruces y despedidas que pareciera interminable.
Comienza el escritor afirmando que los que pretenden hacer la designación del candidato de la oposición no tienen hoy ni credibilidad ni apoyo, tampoco y menos, razones democráticas para ir a unas elecciones en 2024, sin exigir transparencia y un REP saneado. Sus tristemente diezmadas tribus no tienen entre sus filas ni en la mira, a nadie con la suficiente integridad para pararse delante de una muchedumbre y conquistarla.
Toda esta alaraca ha traído como consecuencia una cantidad inusitada de candidatos avergonzando aún más, si fuera posible, la casta política sin cabeza ni moral.
Seguidamente, con imperiosas palabras y justa razón a mi entender, demanda de estos tenaces egocentristas su total rendición a la realidad. Su obligatoria trasformación en un sólido bloque inexpugnable e incorruptible que pueda derribar tanta basura acumulada en tantos años de pobreza. Pero este cambio no solo debe comprender los partidos, eso sería en estéril, este bloque milagroso necesita de todo el país. Sería una maravillosa unidad nacional, sin despreciar o arrinconar a nadie.
La propuesta es la suma de acuerdos, debe prevalecer la unidad y solo la unidad. Aquí me uno al leve insulto: … ¡estúpidos! y añado: ¡incapaces!
Deben terminar de una vez por todas, las practicas obscenas de quienes se dicen tener como objetivo la liberación de la patria, son todos, con algunas excepciones, los que han llevado al pueblo a la desconfianza y falta de fe. Son, los que han entregado el suelo patrio sin ningún escrúpulo, representando ante nuestros ojos un cuadro oprobioso de condescendientes. Cualquier candidato que elijan sin el consentimiento general, denlo por perdido; más creo que nada les importa.
Advierte de manera absoluta que vendrán candidatos disfrazados de oposición dispuesto por Miraflores. Y, que ya anda alguno por allí diciendo que es independiente. Indudablemente que de lograr “ese candidato ideal de consenso”, no habría dudas en el venezolano, a la hora de meter el papelito en la urna.
No es de magos presumir que el abogado La Roche será tildado por algunos de romántico e ingenuo. Yo, felicito su romance; hacen falta muchísimos ciudadanos románticos e insobornables que con fervorosa certeza entiendan que solo unidos seremos una fuerza invencible, de no ser así, iremos directo a una nueva y fatal derrota.
Es de todos sabido que en la verdadera democracia el poder reside en el pueblo y nunca en nuestra historia esta verdad ha tenido mayor importancia. El lograr que todos elijamos, es lograr el desmantelamiento de los usurpadores.
Cito: ¿Cómo reencontrar al extraviado pueblo? Al timado, birlado, manipulado y enajenado pueblo hay que sacarle del trance. Yendo a su presencia como compatriota, para apoyarle, comprenderle y soliviantarle eventualmente.
Termina su columna aludiendo la falta de apoyo de los que se autoproclaman candidatos en las innumerables protestas del pueblo a lo largo de la semana.
Me confieso romántica pero no ingenua, de ninguna manera. La realidad de Venezuela no necesita lupa, pero si dignidad. Yo, siento la positividad como una lumbre esperanzadora que enciende mis ganas y quisiera ayudar a amalgamar ese equipo grandote y portentoso del que habla el doctor Chitty la Roche, con las únicas armas que todos tenemos, los medios, nuestra palabra y las letras.
M.G. Hernández
Link al articulo del Dr. La Roche https://versionfinal.com.ve/opinion/nelson-chitty-la-roche-del-candidato-y-otros-perfiles-mas/