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CANADA – BRASIL

Los medios están repletos de información sobre los fenómenos de ovnis y sus tripulantes, tema que no ha podido ser vencido por gobierno alguno no importa su poder. Entonces, debemos preguntarnos, ¿son cuento chinos?, porque se sigue hablando de ello y filmando capítulos de aparatos desconocidos que siguen atravesando nuestros cielos en incalculables espacios del orbe. En esta tercera parte, les traigo algunos accidentes interesantes de dichos “platillos”, que tuvieron en su momento demasiados testigos como para que pasaran desapercibidos o desaparecidos de la historia. Pero eso sí, no hay ningún caso donde los militares no aparecieran para borrar huellas.

El Caso Sobre el Lago Fox, YUKÓN (CANADÁ)

En el kilómetro 280 de la autopista Klondike North, en Braeburn, Yukón, Canadá; queda el Braeburn Lodge, una cabaña con alojamiento, famosa por sus gigantes rollos de canela y la hospitalidad de Steve Watson.

En esa acogedora posada tuvieron lugar muchas reuniones de diferentes parroquianos que llegaron apresados aún en el asombroso por el avistamiento que habían contemplado.

Lo importante de esta historia es que fueron más de 30 personas, todas ajenas unas de otras y que refirieron a Steve, con firmeza nerviosa, el mismo cuento, todos, alrededor del el Lago Fox. Algunos, algo atrevidos con el lápiz, se atrevieron a esbozar el objeto, dibujos que coincidieron con lo contado.

Hubo una señora que relató ir en su carro hacia Carmack a visitar una amiga por la autopista que pasa al borde del lago, según su testimonio, es una vía que conoce de memoria. Manejaba placenteramente mientras oía música, cuando de repente la interferencia la desplazó, tal cual como cuando se va la energía. Una luz empezó a molestarla de soslayo, giro su cabeza y la luz en su cara fue cegadora. Paró el automóvil en la orilla para ver qué pasaba y quedó perpleja. No era una luz, eran varias en fila horizontal en un aparato inmenso que ella nunca había visto. Trato de razonar, ¿Qué era eso? Mientras el objeto iba a gran velocidad de un lado a otro, hasta perderse.

Este acontecimiento del que aún se habla, es conocido como “Yukon ‘mothership’”, porque sugiere por su tamaño que era una nave “nodriza”. Según todos los testigos que aseveraron, que el tamaño igualaba un estadio de futbol y ninguno se contradijo en sus testimonios.

Shag Harbour, NUEVA ESCOCIA.

Los periódicos se hicieron eco y publicaron el avistamiento del ovni en Shag Harbour.

“Nave extraterrestre cae al agua”, publicó a ocho columnas The Shag Harbour Gazette.

Eran las once de la noche del 4 de octubre de 1967. En Shag Harbour un pueblo tranquilo de pescadores, sus habitantes se aprestaban a descansar, cuando un bramido los apartó de sus casas y alertó a mirar hacia el mar. Confusos, contemplaron como un enorme platillo volador, muy visible por su gran tamaño y luces, se precipitaba hacia las aguas del océano.

Los testigos aseguran que el aparato media unos 20 metros de diámetro. Tres policías se dirigieron a la costa y pudieron ser testigos junto con los demás lugareños de como la nave se hundía. Cuentan que se oyó un silbido, cada momento más intenso como de un cuerpo en caída libre. Los barcos guardacostas y varios botes pesqueros se dispusieron a ir hasta la zona del desastre, pero solo consiguieron una especie de nata espumosa amarilla, de la que emanaba un feo olor a azufre.

Las autoridades siguieron buscando varios días, sin tener ningún resultado.

BRAZIL 1986 – «La Noche Oficial de los Ovnis».

Lunes 19 de mayo de 1986. Aeropuerto Internacional en Sao José dos Campos, estado de Sao Paulo, Brasil. 21 objetos no identificados surcaron los cielos ante miles de testigos. Algunas de estas naves tenían alrededor de 100 metros de diámetro, testimoniaron tanto civiles como militares en cuatro estados: Sao Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais y Goiás.

Eran aproximadamente las ocho de la noche, cuando cerca de dos mil militares de la Escuela de Especialistas Aeronáuticos, pudieron observar este asombroso espectáculo que movilizó a los paulistas de casi todas las poblaciones. El avistage fue general en Guaratinguetá, donde los declaraciones se cuentan por cientos.

Los radares del Centro Integrado de Defensa Aérea y Control de Tráfico Aéreo, detectaron el vuelo colectivo de estos OVNIS. Lo que nos hace increíble que se quiera negar el hecho en sí.

El controlador aéreo Sergio da Silva Mota afirmó que los objetos divisados esa noche superaban las 21 unidades. Como a las 9 pm habló con el piloto Pereira.  

El sargento Sergio da Silva se encontraba preparando el despegue de un vuelo cuando distinguió una extraña luz en el cielo. Llamo a la torre de Guarulhos para averiguar si algún vuelo había despegado y la respuesta fue negativa. Entonces, sacó unos binoculares y observó que la luz era muy brillante y de colores. Bajó la intensidad del alumbrado de la pista y las luces se acercaron, entonces, subió la energía y volvieron a alejarse con movimientos totalmente racionales. En al menos tres vuelos se reportaron avistamientos, algunos hasta peligrosos, pero el más importante de mencionar es el vuelo del avión bimotor que venía de Brasilia conducido por Alcir Pereira da Silva, donde venia el coronel Ozires Silva, quien había asistido a una reunión con el presidente, José Sarney.

A las 21:04 Sergio entró en contacto con el piloto del bimotor donde venía el coronel, pues había detectado tres ovnis sobre Sao José dos Campos. El piloto le contestó haber avistado un objetivo luminoso enorme e intentaría acercarse. Sobrecogido, Ozires escuchó cuando decían que, todo piloto que intentaba acercarse a esos objetos desaparecía. Para suerte de todos, fue la luz la que se esfumó al acercarse el bimotor Xingú. Al siguiente día, Ozires asumía como presidente de Petrobras, pero los periodistas estuvieron más curiosos sobre su odisea espacial con los ovnis.

Cuando estos avistamientos suceden, lo primero que debe contemplar la defensa de un país es, evitar desastres aéreos. Para aquel entonces, el Ministro de Aeronáutica, Brigadier Octavio Moreira, ordenó el despegue de tres aviones de combate de la FAB en Pirassununga, en el estado de Sao Paulo, un Mirage y dos F-5.

Las peripecias de las que eran capaces los pilotos brasileños fueron inútiles para tratar de contactarlos. Ningún esfuerzo fue suficiente, pues los “invasores” solo les permitían un límite, que al alcanzarlo, los desconocidos impulsaban sus naves y desaparecían para reaparecer en otro lugar.

Según consta, el tamaño de las naves variaba. La mayor tenía alrededor de 11 kilómetros de longitud. Nunca pretendieron atacar, simplemente evadían los aviones terrestres.

Hubo una hipótesis de cierto operador militar que consideró que eran aviones espías y solicitó buscar un portaviones extranjero en las costas de Brasil, pero la búsqueda fue infructuosa.

El capitán Márcio Brisolla Jordão que piloteaba uno de los F5, cuando sobrevolaba Sao José dos Campos, fue informado por su controlador que había «numerosos tráficos a las seis». El piloto hizo una maniobra para observarlos, pero no vio nada. El radar siguió considerando siete ovnis de un lado y 6 de otros escoltando al avión. En este punto quiero acotar que es repetitiva la información de la capacidad que tienen los ovnis para invisibilizarse o mimetizarse. Hay casos donde se han visto las luces y después toma cuerpo el resto de la nave. En el Mirage, el capitán Armindo Viriato capto una señal en su radar e inmediatamente se dirigió al objetivo, alcanzando una velocidad de alrededor de 1.600 km por hora. Al acercarse, su blanco aceleró bruscamente a una velocidad que según el capitán fue de más de 18.000 km/h.

Por la noche dos cazas fueron despachado de la Base Aérea de Anápolis, en Goiás, pero esta vez la búsqueda fue en vano.

El viernes 23 a las 4:30 pm, el Ministro de Aeronáutica, informo en una rueda de prensa, que los aviones de combate de la FAB habían perseguido 21 ovnis. Ofrecemos solamente lo acontecido, pero técnicamente no hay ninguna explicación.

Solo 23 años después, el 25 de septiembre de 2009, se difundió un informe sobre el caso, y para no alargar más el cuento le trascribo lo más importante:

«Como conclusión de los hechos constantes observados en casi todas las presentaciones, este Comando es de la opinión de que los fenómenos son sólidos y reflejan, en cierto modo, inteligencia, por la capacidad de seguir y mantener distancia de los observadores, así como volar en formación, no necesariamente tripulados», decía el documento.

Italia Estadio Artemi Franchi, Florencia, 1954

Era miércoles, 27 de octubre y en la Toscana los italianos acudieron al estadio a apoyar a sus equipos, el Fiorentina y su rival local Pistoiese.

Era un día más de otoño, nada diferente de otros en la región de Toscana. De improviso unos 10.000 fanáticos sentados en las gradas sustrajeron la vista de la grama, para observar estupefactos como el cielo se cubría de extrañas máquinas voladoras. Expresiones de temor y solo exclamaciones salían de sus gargantas, mientras sus manos se elevaban para señalar el extraño espectáculo en las alturas.

Los jugadores se unieron a las graderías, el balón quedó quieto; dejó de ser el protagonista, mientras en la lontananza celestial, los ojos buscaban entender lo que contemplaban.

Testigos

Los testigos de este día tan singular sobran, pues fueron varias las jornadas que duraron los avistajes por toda Toscana. Pero, los espectros voladores no lo fueron todo, una sustancia nacarada y viscosa cayó por toda Florencia al mismo tiempo que el fenómeno se observaba por doquier. Se podía contemplar los techos cubiertos de la rara materia que al término de una hora se evaporaba sin dejar huella.

Silvio Neri, quien fungiera como periodista para La Nazione, con natural pericia tomó papel y lápiz y dibujó con claridad el acontecimiento que había presenciado. Posteriormente, su curiosidad lo llevó a recoger en un fósforo muestras del material blanquecino brillante y corrió al laboratorio donde supo que muchos otros habían hecho lo mismo. Resultado: contenía los elementos borón, silicona, calcio y magnesio, no era radioactivo y nunca se demostró si los ovnis tenían que ver con esto.

En el sureste de Arizona, el científico McGaha sostuvo que lo acaecido en La Toscana fue producto de emigración de arañas. Estas vuelan con el viento y las bolas brillan con el sol. Pero hay algo muy contundente que burla esta teoría, y es que la seda de araña es proteína; un compuesto orgánico, que contiene nitrógeno, calcio, hidrógeno y oxígeno, desacorde a las muestras de Neri.

Hoy en día el científico Phillip Ball confirma, que lo de la “emigración de arañas” es solo eso, una teoría sin probabilidades pues los exámenes de 1954, la remueven del contexto.

CONCLUSIÓN: Amigos, ya el misterio con la información del Pentágono no sigue tan oscuro. Hasta el próximo y último artículo cuando les traeré un caso que echa por tierra a Rusia y China como los creadores del portento Ovni.

M.G. Hernández

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