“El muro funciona integralmente si algo falla es grave para Tucupita”

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Este lunes José Alberto González y el doctor Rogelio Rodríguez Rodulfo fueron entrevistados por Demis Martínez por Okey y una vez más mostraron su preocupación ante las lluvias y la situación de deterioro que presenta el sistema anti inundaciones que protege la capital deltana.

González explicó que la construcción de este sistema o dique o muro como muchos le llaman se inició con el propósito de ganarle unas 300 hectáreas que se dedicarían dado el crecimiento de Ciudad Guayana a la producción agrícola.

Se iba a requerir el suministro de productos alimenticios para quienes laborarían en ese polo de desarrollo, en algún momento se consideró que el Delta podría ser el granero de Guayana.

Explicó González que había una serie de productos que se daban aquí y se enviaban a Sucre, Nueva Esparta y hasta a Trinidad, pero con la construcción de lo que hoy se conoce como El Cierre esto podía ser transportado de manera más expedita al centro del país y además unir a Tucupita con el resto del país, ya que era una calamidad salir de la entidad, previo a la construcción del sistema contra las inundaciones.

El punto es que se construye el muro y en su mayoría los objetivos no se lograron como granero de Guayana. Los avances por malas políticas y por problemas que aparentemente fue por falta de estudios más específicos, como el caso de analizar las arcillas, la acidez de los suelos no permitió que se cultivara como imaginaron. No había factibilidad. Por esa razón se sigue muy disminuidos, seguramente como se estaba antes del Cierre.

El asunto es que se construyó y la economía se volcó hacia la explotación del búfalo. Las afectaciones están como en unos 7 kilómetros hacia Guacasia, en la zona conocida como Los Corronchos.

González aclaró que estas entrevistas no persiguen ningún fin político, sino compartir con la ciudadanía conocimientos y experiencias que ya son más de 50 años y motivarlos a cuidar el sistema de protección. El entrevistado explicó que de esta obra depende la sobrevivencia de los habitantes de la región.

José Alberto González comentó que la “cresta” del muro está alterada sustancialmente, enfatizó en que 8 kilómetros no representan nada si se piensa en los más de 90 de la totalidad. Y la altura es importante que se mantengan las medidas iniciales de esta estructura, solo que el paso de personas, vehículos y animales ha deteriorado su diseño o cota.

Los taludes o faldas están bastantes deterioradas o bajantes por la socavación de las lluvias explicó González. “En esta tarea estamos desde el año 93 y 94 desde que pertenecíamos a la extinta Unión de Ganaderos del Orinoco, quienes gobiernan son los que tienen que ehar para adelante porque quienes gobernaban en ese tiempo ya no están y la idea no es que se resientan, no se hace para eso. Otro detalle que preocupa es que hay una alta vegetación en la cresta, en los taludes de árboles, de todo tipo y la que más daño hace es la de gran tamaño por las raíces creando infiltraciones cuando ocurre la creciente”, dijo.

Comentó González que cuando llueve y pasan los búfalos aumenta el deterioro y se acelera el mal estado del muro.

Explicó que entienden que hay un esfuerzo en atender el deterioro por parte del gobierno regional pero es insuficiente, no podemos contentarnos con lo que se está haciendo, del vertedero a la zona educativa, unos 7 kilómetros en un total de más de 94 en su total extensión, más o menos un 8% de la superficie del sistema. “Un pañito de agua fría no permite la cura en su completa dimensión”. Lo calificó de maquillaje,  resaltó que no basta con la intención. Hay que buscar un apoyo sustancial, para que la estructura cumpla su función.

Según el señor José Alberto González cada problema en el muro debe ser tratado individualmente, por ejemplo la vegetación, las tubificaciones, los taludes arrasados, entre otras. Para atenderlas debidamente.

Según el entrevistado entre el vertedero y Zona Educativa hay 244 tubificaciones, es decir en 7 kilómetros.

El pasado viernes se realizó una reunión en el Sindicato de Educadores a casa llena donde se realizaron aportes sobre las necesidades para apoyar al estado. Se presentó la idea de hacer un sitio donde se puedan hacer llegar imágenes para contribuir a la atención de estas inquietudes. De ocurrir la creciente existen estudios que se pueda preveer el paso del agua. Solo con lluvias hay lugares que se aniegan como el frente del Dionisio, El Hueco, en calle Amacuro, entre otros. De haber una creciente que rebase el muro las afectaciones serían mayores si se descuida esto.

González explicó que el muro funciona de manera integral, recordó el caso del Zulia que comenzó por un boquete inundando más de 100 mil hectáreas. Un dique similar al de Tucupita. Es preferible atender las condiciones del muro que atender damnificados, dijo González.

En esta reunión se hicieron propuestas para corregir las afectaciones.

ROGELIO RODRÍGUEZ RODULFO

El doctor Rogelio Rodríguez recordó que el muro es tierra compactada que la lluvia causa su erosión y la parte superior cuando se construyó era convexa y el agua resbalaba y se iba por la falda. En un principio se ocupaban de la obra desde finales de los 70 y el principio de los 80. Se hacían mediciones topográficas y los niveles del río, es decir la parte hidrológica, esto es fundamental.

Rodríguez Rodulfo insistió en que el contrincante es el río y contra este es contra quien hay que pelear. “En ese entonces cuando se hacían las mediciones se daban cuenta que se perdían 2 centímetros de la cresta, pero se restituia, había pocos animales y pocos vehículos, además los vecinos se cohibían porque estaba la presencia del estado”.

Resaltó Rodríguez que la caída del agua o lluvia era suficiente para que la superficie quedara cóncava o hueca y cuando pasan animales y tractores, vehículos la cresta se la tumban y esto es fatal para el dique. El agua pasa filtra y va llevando material, dejando un camino, espacios vacíos. Si no se atienden son como un queso por dentro, menos compacto.

Explicó que en el año 93 sobrevolaron la obra por la presencia del huracán Bret desde la base Aérea. “Eso aterra ver vegetación, corrales encima del muro, peines. Hay un espacio no permitido de 100 metros de lado y lado, eso no se puede tocar o no se debe. El Estado le dio la espalda a la obra. En el caso de Las Malvinas hay canales, se montaron sobre el talud y esto dificulta su mantenimiento. Siembras de yuca, cuyas raíces le hacen daño al talud. En el año 76 cuando la creciente nosotros aquí ni pendiente, afectó a otras comunidades, así como  en el 43 porque el dique estaba bien atendido, estaba bien mantenido. El Orinoco viene todos los años y si nos agarra descuidados seremos desplazados. La atención fue insuficiente. En el año 2006 se detectaron unas socavaciones en El Cierre y hasta donde se sabe eso no fue atendido. Igualmente se colocó material para proteger el dique del Caño Macareo, el Orinoco puede tumbar un barranco con su corriente y nosotros lo vemos normal. Hasta que en 2012 hubo un gran desbarrancamiento y se llevó unos ranchos que no tenían que estar ahí. El Estado los dejó y no se debe permitir, ni hacer corrales”, comentó.

“Parte importante de Monagas, Isla de Guara, Buja, Morichal, Tío Tigre esa zona está protegida. Tabasca, Uracoa se veía afectada, esa zona es menos poblada no como nosotros acá. El deterioro viene ocurriendo desde hace mucho, esas cárcavas desde el 93 ya se veían. El doctor Rafael De León un experto que estuvo aquí en el año 98 se preveía que la creciente de ese año  fuera muy grande y sobrepasó la cota de los 17 centímetros. El que era conocedor de la obra recomendó la refacción total de la infraestructura y que tuvieras a mano 200 mil sacos para llenarlos de arena para atender una eventualidad. Se han hecho unos trabajos y no han sido suficientes. La comunidad debe estar pendiente. En el caso de Los Güires que es el final del dique está pasando agua desde mayo, eso es agua que le cae a la isla de Tucupita, Clavellinas, Ceiba Mocha, pero ha ocurrido como en el año 18 que ascendió el nivel del caño Cocuina. A la gente de La Horqueta, los productores de búfalos de esa zona no tienen vida deterioran los potreros”.

A raíz del cambio climático el Orinoco ha cambiado mucho, reflexionó que ha habido crecidas extraordinarias. Recordó Rodríguez Rodulfo que las crecientes de las que se tienen memoria las más grandes fueron las de 2017-2018 las más grandes en 120 años de registro. La segunda fue la de 1892, que sobrepasó los 19,15 metros, la de 2018 18,54 un metro más que la de 2017.

La creciente de 1943 que decían los abuelos alcanzó 17,45 metros snm. Las crecidas normales son de 16 metros después de pasar los 16 metros hay que estar preocupados.

La crecida de 2018 fue de 18,54 de no haber estado la obra no hubiera quedado nada seco.

La zona más alta en Tucupita es de 18,25 snm cerca de la Iglesia. Hay que cuidar la obra. Hay que ayudar al gobierno, proteger al muro. El muro está enfermo que esto sirva para organizar ordenadamente nuestra sobrevivencia, culminó diciendo el ingeniero González.

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