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Quien así se expresa es Abraham Gómez, doctor en ciencias sociales de la Universidad Central de Venezuela, con postdoctorado en epistemología, de esa misma casa de Estudios Superiores; además, asiduo articulista de este medio, sobre el asunto de la Guayana Esequiba, que ahora, como es bien sabido, se   encuentra a nivel de la Corte Internacional de Justicia, para su posible solución.

Por lo pronto, quisimos recoger su opinión sobre dos aspectos, que son de actualidad, uno con mayor o menor repercusión a lo interno de nuestro país y en el ámbito mundial.

¿Cómo cree, Dr. Gómez, que ha sido el manejo o las pautas de bioseguridad que ha implementado el gobierno nacional, en cuanto al Covid-19?

A.G “Considero que se han develado incomprensibles contradicciones. Le explico, por qué: el famoso método de control denominado 7+7, no ha arrojado los resultados esperados. Los números de las personas contagiadas va en aumento. Un amplio sector de la población venezolana ha estado vulnerable a esta pandemia (que yo prefiero llamarla sindemia) por la propia precariedad social y económica en que se encuentra.

 Hay que agregar que el letal virus – esto ya sido estudiado—no tiene unos lapsos específicos para atacar; lo hace todo el tiempo, en todas partes. El covid no hace distinción de días de la semana o de partidos políticos.

Fíjese en lo siguiente: no es posible, que cuando el gobierno tiene un marcado interés político, que necesita el aglomeramiento de la gente, dan flexibilización; caso contrario restringen las salidas y accesos a sitios públicos. Sin dudas que de lo ya mencionado han tenido un aprovechamiento, muy a sus antojos. Lo han tratado con demasiada ligereza. Por tal motivo, sugerimos que hay que restringir las concentraciones, sin intereses de ningún tipo. Apretar con las normas de bioseguridad.

Por favor, le solicitamos que nos aclare un poco más sobre la palabra sindemia que ha utilizado usted, personalmente, para nombrar esta patología…

A.G “Con gusto. Así como se nos había presentado en tanto una enfermedad, desconocida hasta hace dos años; sin embargo, ya sabemos que responde a factores multicausales; de ese modo también, podemos mencionar que ha perpetrado estragos en casi todos los aspectos de la vida humana. Nos conseguimos con enormes desequilibrios e inestabilidades insuperadas, hasta ahora, en lo social, bilógico, político, económico, militar, psicológico, ético-moral; en fin, se nos ha vuelto un perturbador e inasible elemento, en casi todo – en la actualidad. Insisto en exponer que todas las dimensiones de la vida humana están seriamente implicadas. De allí, entonces, el neologismo que preferimos emplear, sindemia, para acotar su denominación; palabra acuñada por la antropóloga norteamericana Merrill Singer. Son varias pandemias en una.  Un hecho mundial, donde están señaladamente concurrentes, todas las aristas de los seres humanos.

Para escogencia, o por lo menos repensar en este nuevo término, ¿tuvo algo que ver su condición de miembro de la Academia Venezolana de la Lengua?

A.G “En cierta forma, sí. Por cuanto, una de las funciones y alcance del trabajo de nuestra Academia consiste en construir o buscar, lexicalmente, el vocablo más apropiado para denotar – con mayor y mejor precisión—y que dé cuenta de las realidades.

Otro aspecto, que deseamos tocar, ¿qué nos dice, sobre lo que ha venido sucediendo, en Venezuela, con la terrible escasez de la gasolina?

A.G “Ese es otro vergonzoso drama, en una nación petrolera; que hasta ayer los voceros del oficialismo estuvieron propalando como “País Potencia”. Resulta que cerramos el año 2021, con menos de 500.000 b/d de la producción de hidrocarburos en Venezuela; cuya cifra nos retrotrae a cincuenta años atrás. Apenas se está utilizando un 25% de la capacidad instalada de nuestra industria petrolera; el resto se encuentra inoperativa y en franco proceso de deterioro. Las consecuencias las estamos padeciendo, en las estaciones de servicio. Yo lo he dicho bastantes veces, no recibimos gasolina subsidiada; lo poco que nos están suministrando la estamos pagando con la vida. Con la depauperación de las horas y días en las colas.

Concluyó diciendo el Dr. Abraham Gómez, con quien siempre es agradable conversar, aunque sea brevemente.

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