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El fenómeno migratorio de familias waraos se ha acelerado en los últimos seis años. Comunidades enteras han quedado desoladas por el desplazamiento de sus integrantes.

El dirigente indígena Desiderio Cepeda, integrante del movimiento apostólico Dani Consolata, afirmó que se ha agudizado el éxodo migratorio desde los caños del Delta del Orinoco hacia tierra firme.

En un audio enviado a través de las redes sociales, Cepeda señala el desplazamiento acelerado en los últimos tres años, con impacto negativo para las comunidades del bajo Delta que se queda sin pobladores.

“Es por la misma situación, la falta de alimentos, no hay atención médica, la educación se ha caído”. Entre sus señalamientos, Cepeda asegura que 9.000 miembros del pueblo warao han cruzado la frontera entre Venezuela y Brasil en los últimos seis años, siendo el municipio Antonio Díaz el más afectado por el desplazamiento provocado por la crisis socioeconómica.

Cepeda ve con preocupación la desaparición de comunidades enteras en la parroquia Manuel Renauld. “Nos estamos desapareciendo del mapa, las familias waraos están abandonando su hábitat en busca de sobrevivencia” señala el representante. 

Por su parte, Kape Kapé ha diagnosticado en monitoreos realizados desde el año 2016, que las comunidades principalmente afectadas por estos desplazamientos son las que se encuentran en el eje de las parroquias Manuel Renauld y Padre Barral en el municipio Antonio Díaz.

La comunidad Araguabisi, asentamiento de familias waraos que originalmente contaba con 1.800 habitantes, fue abandonada y la mayoría de su población se desplazó hacia la frontera de Venezuela con Brasil.

Asimismo, otras comunidades que fueron populosas y nutridas, poco a poco se han ido quedando desérticas, por el abandono de sus habitantes.

Araguaimujo es otra comunidad emblemática que se encuentra en proceso de desaparición.

Con un aproximado de 2.500 habitantes, este caserío warao que albergó en su seno la primera estructura de los misioneros religiosos y con una amplia historia de riquezas culturales y de superación en educación intercultural del warao se encuentra en una situación lastimosa de deterioro, pobreza y soledad.

De igual forma, caseríos que anteriormente fueron nicho y poblados nutridos de familias waraos como las comunidades de Kuberuna, Barranquita, Epaña, Jojene y Winikina con un aproximado de 5.000 indígenas, hoy por hoy son ruinas y montañas por la migración de sus habitantes en busca de mejores condiciones de vida.

Desiderio Cepeda, miembro del grupo apostólico Dani Consolata, describe como penosa la situación de abandono que presentan los waraos del Delta Amacuro, sin servicios indispensables como el agua potable, medicinas, alimentos, deterioro de la educación, la ausencia de médicos y de infraestructuras de salud como factores que inciden negativamente en la estabilidad de 35.000 waraos en Delta Amacuro.

KAPÉ KAPÉ

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