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Gerónimo Figueroa Figuera
CNP: 569

No podemos asegurarlo pero tampoco negarlo, que la orden de cometer ese acto terrorista haya salido de Miraflores, mucho menos que se haya planificado en ese lugar. Lo cierto es que el martes 14 de diciembre 2021 nuevamente la región fue sacudida con un acto terrorista en el aeropuerto de Cúcuta que dejó varios policías y civiles muertos, así como el pavor de miles de ciudadanos que se vieron obligados a correr para tratar de salvar sus vidas, especialmente los niños y personas de la tercera edad que son los mas vulnerables en estas situaciones a la hora de resguardarse, por cuanto siempre son víctimas del mismo descontrol de una masa humana que corre a la deriva. Eso en el sentido de la palabra, es criminal en potencia.

Así como no podemos afirmar que la orden o la planificación de este acto terrorista haya sido desde el Palacio de Miraflores de Caracas por no tener las pruebas que así lo demuestren, pero por los antecedentes existentes, si se puede sospechar de quienes en el pasado no les tembló ni un solo músculo para ordenar colocar y explotar bombas de alto calibre en clubes deportivos infantiles, secuestrar a niñas de 11 a 14 años y abusar de ellas sexualmente y obligarlas a abortar por la fuerza con una pistola sobre sus cabezas cuando esas niñas mostraban signos de embarazo. O como el atentado en la Corte Suprema de Justicia de Colombia que fue planificado y dirigido por el actual senador y excandidato presidencial Gustavo Petro, donde hubo varios Magistrados y empleados de esa dependencia muertos.

En ese mismo orden de actos terroristas por parte de las Farc y el ELN en Colombia, debemos recordar también secuestros de ciudadanos inocentes para cobrar rescates y al mismo tiempo enviando fotos a familiares donde presentaban a los secuestrados con un collar bomba y un detonador en manos de uno de sus captores dispuesto a activar sino se cumplía con las exigencias de los millones de dólares solicitados para poder liberarlos. En algunos de estos casos las Farc y el ELN llegaron a cobrar las sumas solicitadas pero no entregaron vivo al secuestrado sino que en algún lugar aparecía el cadáver con síntomas de haber sido torturado y ejecutado. Igualmente el secuestro de niños entre 11 y 14 años de edad para convertirlos en guerrilleros en contra de su voluntad y obligarlos a combatir a favor de una causa que ni siquiera conocen. O el asesinato de periodistas por escribir crónicas denunciando los actos terroristas de estos narcoterroristas.

Recordamos partes de estos hechos terroristas que sufrieran los habitantes de la hermana república de Colombia en el pasado reciente, y que fueron cometidos por los terroristas de las FARC y el ELN, los mismos que se han declarado socios ideológicos del régimen de Hugo Chávez primero y ahora de Nicolás Maduro, y quienes viven y se mueven tranquilamente por el territorio nacional, incluso, manteniendo control de autoridad en algunos estados venezolanos, y quienes siempre han actuado al margen de la ley para acabar con la institucionalidad democrática en Colombia y en los últimos tiempos han jurado desde Venezuela que acabarán con el gobierno democrático y constitucional colombiano. Ellos por supuesto, no están libres de pecados.

En ese sentido, y dándole el beneficio de la duda, si desde Miraflores no se planificó el atentado terrorista y mucho menos se dio la orden de ejecutarlo, sin embargo, los terroristas de las FARC y ELN si pudieran estar involucrados directamente con esos crímenes cometidos en el aeropuerto de Cúcuta, por cuanto están residenciados en Venezuela con la protección del régimen chavomadurista, entonces no debe quedar ninguna duda que el régimen madurista pudiera ser responsable indirectamente de tan condenable crimen. La norma jurídica habla de complicidad indirecta cuando se tiene conocimiento de delitos y no se denuncian ante las autoridades.

Sin embargo, cuando desde la parte colombina, que son los afectados por el acto terrorista, el ministro de la Defensa, doctor Diego Molano, anunció que de acuerdo a los servicios de inteligencia detectaron que el acto terrorista se habría planificado desde Venezuela, el ministro de la defensa venezolana, general Vladimir Padrino López, en vez de decir como hombre de estado que se supone es, que se investigaría para confirmar o negar tales apreciaciones y procurar que un crimen como ese no quede impune, lo que hizo fue responder con un guapetón de barrio amenazando al ministro colombiano, al propio estilo como lo hace Nicolás Maduro diariamente con el presidente Iván Duque. Dicen en mi pueblo: “el que se pica es porque ají como”. Las investigaciones determinarán exactamente lo que pasó y la historia se encargará de colocarlo en su justa dimensión.

@lodicetodo
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