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Manuel Hernández

Quiero hablarles de un aspecto sociopolítico en la comunicación que es generalizado. Estos giros o sesgos noticiosos, y el transformamiento o metamorfosis de temas políticos de parte de medios de comunicación con relación a la agenda pública y la opinión pública y las maneras de Estado y de gobierno, como guardan relación.

Cuando examinamos las clases de democracias, o las maneras de cómo se conducen las políticas, como una extensión alrededor de las cuales, los medios de comunicación edifican figuras, cuadros y expresiones para inducir al ciudadano que es independiente, o convencer al militante adherido. En cuanto a ésa triádica de: Estado, medios de comunicación y la sociedad civil, se elabora una agenda pública que es prescrita, definida, por el orden socio-politico democrático, pero invertida por los medios masivos de comunicación, y mencionada y reconocida por los ciudadanos, cuando se hacen marchas en los espacios de contienda política.

Una configuración sociopolitica sana, donde el Estado, los medios de comunicación y el colectivo, tengan una intensificación hegemónica, en lo agrícola, en lo industrial, en lo tecnológico y en lo educativo. Ahora, la divulgación o repercusión de ésa configuración sociopolitica, es elemental para el sostenimiento de la democracia, pero una configuración como la que he mencionado.

Si fuese así, los medios de comunicación tendrían una distinción mayor, ya que cambiarían la novedad, los sucesos políticos, en opinión pública. En éste aspecto, la democracia, es un conjunto de convenios y de pactos políticos en relación a la participación electoral de la ciudadanía a través de los medios de comunicación.

Resulta imperativo que esa triada de Estado, medios de comunicación y colectivo, compartan una misma libreta, aludiendo, sugiriendo a la democracia, cómo método, como norma política. Ese trío está llamado a proporcionar razón por su ductibilidad en las leyes de mercado en que los medios tienen su ateniente financiero. Ahora, si el mercado es capaz de terciar en esa configuración sociopolitica, entonces, el Estado requiere un acoplamiento en su método electoral y agenda política, que en mucho de su tema parece evitar las dificultades que estorban a las economías su crecimiento. Los medios de comunicación organizan una agenda pública con los convenios políticos y las penurias de la población.

No obstante, una particularidad de las democracias, también lo es la pluralidad, que puede ser subyugada por la obicuidad de los medios, y pudo mutar en opinión pública o comentocracia cibernética, muy común hoy día. Mire, en las democracias, los llamados líderes, al tener que compartir el poder y contender por la reelección, tienen que sumar el tiempo, y los medios son esa herramienta que posibilita la obicuidad de un mensaje, de una imagen política, que en esos bulliciosos y coloridos tiempos electorales son fundamentales.

De modo, que ésa configuración sociopolitica de las democracias, tienen en los medios de comunicación un elemento concluyente que necesariamente terminó convirtiéndose en un poder factico y alternante de las élites políticas.

Los medios de comunicación, los grandes medios, desde hace rato cumplen múltiples quehaceres, entre los cuales destacan los giros o sesgos informativos, y esa conversión de noticias en un producto de consumo, más que de un servicio público, como originalmente fue pensada, y por la cual se considera un derecho.

Si discurrimos las relaciones entre la configuración sociopolitica y la aprehensión ciudadana, tenemos como consecuencia una agenda pública transformada por los medios de comunicación, en este sentido, la agenda sociopolitica para delimitarse a los asuntos de la compañía. Edificaciones y programas que destacan la administración del gobierno de turno, al mismo tiempo que maquillan sus errores de decisión, al convertir una desaceleración o recesión económica, en una crisis en la que solo han podido salir con el reendeudamiento. Una práctica vieja.

De modo que la agenda política es un efecto de las crisis económicas que derivan en crisis políticas y sociales. Este efecto es mediatizado, sesgado y reconstruido por los medios de comunicación para incitar en la opinión pública a través de la construcción de la agenda pública. Cómo dije, una práctica vieja, pero que no pierde vigencia.
¿DOMINIO O PERSUASIÓN? Como dijera el otro: Sea usted el juez .

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