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Los indígenas venezolanos continúan acumulando décadas de abandono institucional que se traduce en una pobreza estructural de raíces cada vez más profundas.

En este sentido, el 12 de octubre se convierte nuevamente en una fecha para recordar la inmensa deuda social con esta población.

Así lo constatamos en la más reciente investigación para el “Informe de violación de derechos humanos en comunidades indígenas”, donde se evidenció la continuidad de los problemas sociales que principalmente aquejan a las familias indígenas de Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro.

Es así como en el estudio de Kapé Kapé repitieron el desempleo, la desnutrición y la migración, como las principales preocupaciones. También se observó que el consumo de sustancias como el alcohol comienza a tener una presencia importante en los tres estados.

En lo que respecta a los servicios, el suministro de agua en estados como Amazonas y Delta Amacuro presenta fallas semanales, según lo expresado por casi la mitad de los hogares encuestados, siendo las comunidades indígenas de Bolívar las que registraron más problemas, un 97% de los encuestados indicó no contar con este servicio.

En general, las comunidades indígenas siguen sin disfrutar del derecho de acceso al agua potable. En el caso de Amazonas, la mayoría de los hogares encuestados obtiene agua por estanques, mientras que en Delta Amacuro y Bolívar manifestaron recolectar agua del río.

La investigación confirmó que en las comunidades indígenas la gente resuelve por medios propios los problemas de salud, siendo la medicina ancestral la principal respuesta ante el abandono de los ambulatorios y la falta de personal médico.

En Delta Amacuro y Amazonas, los remedios caseros son la principal alternativa en más del 60% de los casos, mientras que, en Bolívar, 30% de los encuestados afirmaron recurrir a esta opción.

En el marco de la pandemia por el Covid-19, en Amazonas y Delta Amacuro los encuestados indicaron que en el presente contexto era probable el contagio por este virus, siendo estas cifras mayores en Delta Amacuro y Amazonas con (70%) y (67%) respectivamente.

En relación a los impactos generados por la pandemia en la mayoría de los estados, las dos principales consecuencias señaladas fueron la reducción de los ingresos y la interrupción en los estudios. En relación a la primera opción, también en la mayoría de los hogares se manifestó que los ingresos se redujeron a la mitad, o incluso menos.

En cuanto a la salud, la situación de las comunidades indígenas no es menos preocupante en el marco de la pandemia, pues la malaria sigue teniendo una tendencia importante en estados como Amazonas y Delta Amacuro, estados más expuestos a la explotación minera, pues esta enfermedad prolifera en ambientes de aguas contaminadas.

En el estado Bolívar es particularmente preocupante en este sentido, ya que, en la mayoría de los hogares, un (80%) el modo de obtener el agua es por los ríos. Asimismo, las enfermedades preexistentes como, las de índole respiratorio y gastrointestinales, colocan aún más en riesgo a estas familias ante el contagio y enfermedad del Covid-19, y aunque en la mayoría de los hogares según el presente estudio se han cumplido con las medidas de bioseguridad, también el deterioro en los centros de salud, la falta de insumos, personal médico y el no contar con agua potable en la mayoría de los hogares, son condiciones de riesgo ante el virus.

Es necesario agregar que los planes de vacunación actuales han dejado por fuera a muchas de estas comunidades, utilizando estrategias de captación que han sido desacertadas frente a la realidad indígena, como el uso de la plataforma Patria para la asignación y notificación de las citas de vacunación.

Nota de Prensa Kapé Kapé

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