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La sombra de ISIS o el Estado Islámico sigue sobre Afganistán. Apenas el domingo 3 de octubre se registró un atentado en otra mezquita, pero de Kabul durante el funeral de la mamá del portavoz talibán Zabihullah Mujahid.

Las cosas están lejos de mejorar en Afganistán y las amenazas contra la población siguen latentes —ya sea por parte del Talibán o grupos todavía más extremos. Este viernes 8 de octubre hubo una explosión en una mezquita de Kunduz, donde al menos 50 personas murieron y otras decenas resultaron heridas.

De acuerdo con medios internacionales, se trató de una atentado suicida. Es decir, un ataque terrorista que hasta el momento no ha tenido reivindicaciones. Esto es lo que se sabe del ataque en una mezquita de la provincia de Kunduz.

En aquella provincia estaban celebrando la oración del viernes —una costumbre afgana— y como tal mucha gente acudió a la mezquita chií (una de las corrientes del islam junto con el sunismo).

Sin embargo, las oraciones fueron interrumpidas por este atentado terrorista que, según ha dejado 140 personas heridas y al menos 50 perdieron la vida.

Por su parte, el Talibán se encargó de confirmar la explosión en el distrito de Khan Abad de Bandar —capital de la provincia de Kunduz—, prometiendo una investigación, pero sin dar detalles del número de personas fallecidas y heridas.

Así que por lo pronto, no hay una cifra oficial de las víctimas de este atentado y la mayor parte de la información ha corrido a cargo de los reporteros y corresponsales con fuentes de la misión de la ONU en Afganistán o del nuevo gobierno Talibán.

AGENCIAS

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