Víctor Cedeño
EL vicepresidente nacional de Copei; Víctor Cedeño, considera que este gobierno se ha lavado las manos, con respecto a la nueva tragedia, que acaba de ocurrir en el mar del Delta Amacuro, donde naufragó una embarcación, que había sido rebotada de Trinidad, con una veintena de venezolanos, en especial, de la etnia Warao, y que no se saben dónde están.
¿Qué piensa usted de lo que ha pasado, con respecto a una embarcación de venezolanos, que fue rebotada de Trinidad, y en medio de la travesía naufragó?
-Bastante grave, una vez más esa situación, que se viene repitiendo cada cierto tiempo, por la necesidad que tienen los deltanos de salir del perímetro del estado, a los fines de buscar una posible solución a la grave crisis, que están viviendo, a otras latitudes, en Trinidad, en Brasil, en Guyana y, efectivamente, todo indica a que se hundió una embarcación con 24 personas, de los cuales 4 eran trinitarios, cuyos cadáveres los consiguieron ahogados.
Indicó que en su gran mayoría pertenecen a la etnia Warao y de la población de Nabazanuca, del municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro, y que todavía no se sabe dónde están; que algunos dicen que están, tímidamente, en Guyana; luego de haber sido rechazados de Trinidad, y rescatados por una embarcación de pescadores; pero que son pocos.
-De manera que, como siempre, este gobierno, desde la presidencia de la República para abajo, como la gobernación deltana, encabezada por Lizzeta Hernández, se lavan las manos como Pilatos. Ellos no saben nada; no toman en cuenta que son deltanos, quienes han tenido que salir, para ver como logran sobrevivir con sus respectivas familias. Van a Trinidad y son maltratados allá, y regresados en unas embarcaciones, que no cumplen con las condiciones mínimas, para navegar en esa travesía. Bueno, ahí están los resultados: veinte deltanos desaparecidos, y el gobierno sigue diciendo que esto está mejor que nunca.
¿Cómo está la situación de los servicios públicos?
-Los deltanos viven, incluyéndolo a mí, que nací y me crié en la carrera uno, antigua calle Pedernales de Tucupita, desde hace 67 años, con intervalos en Caracas y en otras ciudades del extranjero; de modo que vivimos una situación crítica desde el punto de vista del disfrute, no sólo de los servicios públicos básicos; sino que, por ejemplo, la salud está en el suelo.
-Las medicaturas rurales del estado están abandonadas. No tienen médicos, no tienen enfermeros, no tienen ambulancias, no tienen medicinas; aún cuando la gobernadora del estado “es médica” (comillas solicitadas), y los pocos médicos, que quedan, no los asisten, porque sencillamente no hay gasolina; porque los motores se colapsaron y no sirven; de modo que no hay posibilidades de movilizarse y para el colmo de todos, los salarios que perciben, son salarios de hambre.
-De igual manera el sistema escolar atraviesa una situación similar: en el suelo; las escuelas abandonadas, las del municipio Pedernales, del municipio Antonio Díaz, del municipio Casacoima y del municipio Tucupita están totalmente abandonadas; no ha sido remediado su deterioro en los últimos 20 años; lo que aunado a la situación económica de los educadores, agrava aún más la crisis educativa de la región, que se extiende a toda Venezuela; lo que ha hecho que emigren, al igual que lo han hecho seis millones de venezolanos; quienes están en Chile, en Colombia, en Perú, en Trinidad; cumpliendo funciones en muchos casos, que no le corresponden a sus profesiones, que han adquirido o que han aprendido.
-En este país no hay garantía, de que un educador puede gozar de una vivienda; de que un educador puede tener servicios cónsonos, de acuerdo a su responsabilidad con el país. Por lo demás, la prestación de los servicios públicos es pésima, en especial, la seguridad, tomando en cuenta que en el estado se ha desatado una delincuencia atroz; que algunos se la adjudican al tema del desempleo que hay en Delta Amacuro.
-Lo poco que había de empresa privada se acabó desde hace años, debido a la irresponsabilidad, de quienes deberían estar en la quinta paila del infierno, como son Yelitza Santaella, Pedro Carreño, Lizetta Hernández y cuanta plaga han podido mandar a dirigir “los destinos del Estado” (comillas solicitadas), y que lo han llevado todo hasta el suelo.
-Lo que se tiene en el Estado es una situación paupérrima, que hasta ahora no se había conocido en el país, producto del llamado Socialismo del Siglo XXI; que no constituye sino la destrucción de Venezuela, promovida por una banda de delincuentes, que tienen sus ejecutorias ahora en los estados