El Orinoco deja pobreza y hambre tras la inundación en comunidades waraos

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Cultivos y producciones de 220 comunidades indígenas localizadas en las afluentes del río Orinoco fueron arrasados por las corrientes de agua que salieron de sus cauces e inundaron durante 60 días los terrenos fértiles del estado Delta Amacuro.

El río Orinoco comenzó la retirada de sus cauces tras dos meses de agresivas inundaciones en la zona baja del estado Delta Amacuro.  El fenómeno estacional inició la disminución del nivel en los cauces del río desde el comienzo del mes de septiembre, así lo reportan los moradores de la zona afectada que tras abandonar los refugios donde permanecieron por al menos 60 días por la crecida de las aguas que invadieron sus viviendas y terrenos en el Delta medio y bajo.

De acuerdo a los testimonios de los afectados, se retira el agua, los primeros barrancos comienzan a flotar y con ellos la población que perdió todo comienza a sentir la pobreza y el hambre tras una de las crecidas más grandes que ha impactado a la región.

Justo Ramos, habitante de Araguaimujo, contó a Kapé Kapé que todas sus cosechas fueron arrastradas por la corriente de la inundación. “Da dolor ver como el río arrasa los cultivos que con tanto trabajo cuesta levantar”.

Asimismo, Luciana González, indígena warao afectada, asegura que el agua se llevó todas sus pertenencias, sus colchonetas y corotos se perdieron y su vivienda quedó destrozada.

Comunidades pobladas como El Consejo, Los Tres Caños, Araguaimujo, La Tortuga y otros caseríos localizados en los municipios Tucupita y Antonio Díaz fueron seriamente afectadas en las infraestructuras de las viviendas, cosechas y producción ganadera.

De acuerdo al monitoreo de Protección Civil, la pérdida es incalculable ante el destrozo de miles de hectáreas de cosechas y sembradíos de plátanos y otros rubros de la zona.

Para los habitantes, la amenaza de la creciente se aminora, sin embargo, comienzan los efectos colaterales de la inundación que deja tras su retirada una estela de miseria y hambre en los primeros tres meses. “¿Que va comer la población que se encuentra aislada en las comunidades ante la falta de transporte fluvial por la escasez de gasolina en el sector?” se pregunta Ramos.

Para Emilio Ramírez, líder warao del municipio Antonio Díaz, la situación de desolación y la aguda ausencia de alimentos en la zona pudiera agudizar la migración de las familias waraos desde las comunidades afectadas hasta las ciudades más cercanas o hasta las fronteras migratorias acostumbradas como son las fronteras con Brasil, Trinidad y Tobago y la República de Guyana.

Respecto al tema, las redes sociales alertaron a través del grupo de la Voz del Pueblo Warao la llegada de nuevos migrantes de familias indígenas hasta el estado de Roraima de Brasil. “16 waraos lograron cruzar la frontera y solicitaron ayuda humanitaria en Pacaraima, frontera de Venezuela con Brasil” sostiene el grupo de waraos desplazados desde Venezuela por el hambre y la falta de medicina en sus comunidades de origen.

PRENSA KAPÉ KAPÉ

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