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El día que el FC Barcelona tenía planeado convertirse en el nuevo líder de LaLiga falló y, además, echó por tierra su trayectoria ante el Granada, que con goles de Darwin Machís y Jorge Molina le dio la vuelta al compromiso (1-2).

El club rojiblanco hizo historia y ganó por primera vez en el feudo azulgrana en 26 partidos, un nuevo golpe de teatro de un campeonato que parece no tener dueño y muchas alternativas. Y, ahora los de Ronald Koeman, que se las prometían muy felices tras su gran trayectoria en esta segunda vuelta, ya no dependen de sí mismos para obtener el campeonato.

Se adelantó el equipo azulgrana en el primer tiempo y parecía tenerlo todo hecho frente a un rival muy cauto, pero el Barcelona se confió. Falló Mingueza en el 1-1 de Machís y la pareja de centrales en el 1-2 de Jorge Molina, en los dos únicos remates a puerta de los andaluces ante la meta de Marc-André Ter Stegen.

El día que el Barcelona tenía que ponerse líder jugó con siete canteranos. IlaixMoriba sustituyó a Pedri, Sergi Roberto a Dest; y Umtiti entró por Lenglet, pero Koeman no cambió el dibujo, ni tan siquiera reservó a los cuatro apercibidos por sanción, porque considera que todos los partidos tienen su importancia cuando queda tan poco.

Y es que el técnico neerlandés es el responsable del milagro azulgrana, bueno él y Lionel Messi que está en un momento de forma excepcional. Seguramente, el mejor de los últimos años y llega al momento de la verdad en una gran condición física y mental, al menos hasta hoy.

Koeman no leyó bien el partido. Su equipo necesitaba ensanchar el campo y se colapsó por el centro. Sin embargo, Messi fue al rescate en una acción en la que AntoineGriezmann fue el colaborador necesario, pues asistió a “La Pulga” para abrir la pizarra. Giró el francés dentro del área y sirvió al 10 del Barça, que remató al segundo palo, lejos de Aarón Scandell.

Pero, le costó mucho a los azulgranas. El Granada jugó muy atrás, acumuló muchos jugadores cerca de Aarón y los de Koeman no tenían espacio ni conexiones. Un remate de Alba, otro de Griezmann, un uno-contra-uno de Messi resuelto por Aarón y un cabezazo de Umtiti fue lo que dio de sí el Barcelona en ataque en el primer tiempo. El Granada tuvo una contra de Soldado, en el 40, como principal acción.

Los andaluces, que no habían rematado a puerta, empataron en el 63 por medio del atacate venezolano. Un buen pase entre líneas de Jorge Molina, un mal despeje de Mingueza y la imposibilidad de Sergi Roberto de rectificar fue la cadena necesaria de acciones, que le permitió al criollo igualar el partido.

Koeman fue expulsado al 66 y pasó a dirigir a su equipo desde el palco y a base de notas de voz por móvil. Desde ahí arriba, el neerlandés lo vio más claro y se dio cuenta de lo evidente, de que su equipo necesitaba abrir el campo, y, a 18 minutos del final, puso en juego a Dembélé y a Pedri.

Pese al dominio absoluto del Barça, el Granada dio un nuevo zarpazo. Este, consistió en un centro desde la izquierda de Adrián Marín y un remate de cabeza de Jorge Molina al 79, para dar así el 1-2 y poner la Liga patas arriba.

Así se fraguó el reset de los azulgrana, que tiraron por la borda todo lo bueno que habían hecho desde que empezó 2021; el título copero y los únicos tropiezos ante el Cádiz y Real Madrid. Y claro, el de esta noche, una derrota dolorosa e inesperada que le impide depender de sí mismo para ser campeón.

Agencias

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