ILUSTRACIÓN DE EDO
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César Malavé

La democracia se caracteriza por tener preceptos intrínsecos fundamentales. Las sociedades democráticas se constituyen alrededor de un principio moral fundamental: la dignidad igual e irrestricta de todos los ciudadanos. Así se diferencian de las sociedades autocráticas, las monarquías, y todas esas formas de esclavizar a los pueblos en nombre de la paz, vale decir en aquellas en las que existen súbditos y jerarquías “naturales” que afirmaban el mayor valor de algunas personas: reyes, nobles, aristócratas. A decir verdad, en el ámbito internacional las vacunas contra el covid 19 revelaron que ciertamente, no hemos extirpado del todo dichos esquemas. Argentina, Chile y Perú son ejemplos de ello. Cuando la democracia es verdadera  nadie posee más dignidad que otro. Las normas y decisiones que afectan a la sociedad están sujetas a su escrutinio. Si se trata de asuntos de interés común, las prioridades deben considerarse cuestiones públicas y no obedecer a caprichos de poderosos de turno. El escándalo de las “vacunas vip” evidencia que burócratas, tecnócratas y plutócratas se arrogaron el privilegio de decidir quiénes merecían primero las dosis. El resultado lo conocemos: concluyeron que ellos mismos.

En Venezuela no hubo un proceso de vacunación VIP, porque sencillamente no existe tal proceso, ni ese tipo de personas que a lo Jalisco secuestraron las pocas que llegaron, no tienen nada de importante para el 85% del venezolano. Un plan de inoculación no existe en nuestra amada patria. Fue un vulgar acto de prepotencia, jactancia, soberbia, oicofobia y sociofobia. Llegaron algunas vacunas traídas por los “amigos” del régimen destinadas, primero a montar un show mediático para dar la imagen de ser un país amplio, libre y equitativo en lo atinente a políticas públicas. Segundo, nadie sabe dónde están, pero es público y notorio cómo se están usando; vulgar y descaradamente para garantizar que los régulos basiliscos y vasallos no se contaminen.

De tal manera, que en una hoja de papier toilette, anotaron las prioridades, haciéndolas llegar al sequito: 5% de médicos (incluye a todos los cubanos con batas blancas) para la pantomima, 100% de la cúpula militar y «alto» gobierno. 100% de los enchufados (grupo VIP) 5% de los maestros, para seguir el show. Tercera edad, alto riesgo y el resto del personal sanitario con la «soberana» cubana cuando nos la cambien por 20 años más de suministro de gasolina, diesel y petróleo. Mientras tanto, después de abrir las puertas al relajo sin límites se retorna a la retórica, a la charada demencial; a intoxicar al pueblo rociando,  en las calles, cloro a diestra y siniestra aderezadas con publicaciones de los enchufados en la calle (por supuesto previamente inmunizados) regalando las gotitas, que ofenden a nuestro ejemplar, médico y santo patrio, pero de las 700 mil dosis “en resguardo” nada dicen, porque están destinadas al “ejército rojo” por si se produce una tercera guerra mundial.

@cesarmalave53

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