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Tucupita. Recientemente, la gobernadora del estado Delta Amacuro, Lizeta Hernández Abchi, implementó nuevas medidas yrestricciones para evitar y mitigar la propagación de la nueva variante brasileña del COVID-19, la cual es más agresiva y virulenta.

La mandataria exhortó a la población a quedarse en sus casas, a menos que sea absolutamente necesario salir, para comprar medicinas, alimentos o alguna otra emergencia. Indicó que el uso de mascarillas es obligatorio y que están prohibidas las reuniones sociales.

Sin embargo, en comercios y entidades bancarias de la ciudad de Tucupita se pueden observar largas colas en las que no se respeta el distanciamiento social; incluso muchas personas andan sin el tapaboca.

Al respecto, un grupo de encuestados se refirieron sobre los efectos de este confinamiento estricto que afecta tanto a la economía local como a una población vulnerable de necesidades básicas.

Elías Marcano “Es sin duda otro mecanismo engañoso que utiliza el gobierno para cubrir su ineficiencia como gobierno. El pueblo sufre para conseguir gas, comida, medicina, vivimos en una zozobra.

Angélica Cedeño “Me parecen bien estas medidas porque debemos cuidarnos y preservar la salud. Es la mejor manera para evitar que se propague la epidemia”.

Wilfredo Rodríguez “Estas son medidas adoptadas por el gobierno para desviar las vicisitudes que sufren cada día los deltanos de a pie por un régimen que margina a su propio pueblo”.

Leobardo Medina “Las medidas son necesarias porque hablamos de una pandemia mundial, pero realmente, la paralización del transporte urbano es una situación que perjudica a la población; ya que hay personas varadas en otras entidades y no tienen como regresarse”.

Ana Fuentes “En las afuera de los bancos no hay ningún funcionario policial. La gente no respeta andan sin tapa boca, realmente es alarmante.

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