Tucupita.- Luis Bernardo Suarez, es un joven profesional oriundo de esta tierra que tiene que caminar todos los días las calles de la ciudad con los zapatos rotos.
Su situación es deprimente al igual que cientos de deltanos que se enfrentan a la difícil situación de no tener cómo comprar ni siquiera un par de zapatos de baja calidad.
Cada calzado deteriorado es la cruda expresión de la crisis del país con las mayores reservas petroleras del planeta; bajo un gobierno con un esquema socialista.
Según afirma a El Periódico del Delta recientemente explotó de indignación al ver que el arreglo de sus viejos zapatos costaba 4 veces su salario como trabajador de una institución nacional.
«No me da pena decirlo: con estos zapatos me traslado a hacer mis diligencias, lo poco que gano es para medio solventar los alimentos en el hogar», escribió Suárez, de profesión ingeniero en informática.
Cómo hace uno para comprarse unos zapatos nuevos, con lo caros que están”, se preguntaba Mariana Rivas, mientras conversaba con una comerciante que le vendía en 30 dólares unos deportivos de fabricación colombiana.
