La educación en Venezuela –como en el resto del mundo– ha venido siendo afectado por el mortal virus que sacudió al planeta entero. Nadie lo hubiera querido, sin embargo, sucedió.
El Ejecutivo nacional por su parte, actuó de acuerdo a lo que exigía la Organización Mundial de la Salud, en cuanto a las normas preventivas para evitar contagios y, con ello, muertes.
No obstante, a casi un año de lo decretado por el presidente de Venezuela, el regreso a clases presenciales ha sido un reto.
De hecho, el gabinete de Maduro dijo estar estudiando la posibilidad de un posible regreso a las instituciones educativas, bajo estrictas vigilancias.
No obstante, existen planteles universitarios en Tucupita que ya han abierto sus puertas a los estudiantes bajo el mismo esquema del 7+7 y cumpliendo las normas de bioseguridad.
Pero por otra parte están las alternativas respecto al uso de la tecnología, cuando ya no sea presencial. Para muchos ha sido un problema.
El Periódico del Delta pudo conversar con una docente del Liceo Bolivariano Aníbal Rojas Pérez de la capital deltana, referente a ello.
Según la profesora, han intentado lidiar con la coyuntura generalizada por la pandemia a través de las herramientas tecnológicas, con tal de que los estudiantes no se retrasen en sus actividades.
No obstante, dice la educadora, no ha sido fácil.
- Hay estudiantes que no cuentan con internet, ni teléfonos. Para ellos no ha fácil y hemos intentado brindarles todo el apoyo.
Relata la docente que el estudiante afectado se ve en la obligación de acudir al liceo a solicitar información y orientarse sobre las actividades pautadas.
- No todos tienen la misma suerte. Tenemos que adaptarnos a la situación y apoyar al alumno en todo lo que esté en nuestras manos.
Otra de las trabas que ha tenido un posible regreso a clases presenciales es el temor a ser contagiados. Padres se niegan a mandar a sus hijos a las instituciones educativas.