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Esta semana un grupo aún no precisado de indígenas warao emprendió viaje desde el municipio Antonio Díaz, en Delta Amacuro, con la intención de llegar a Brasil.

La travesía incluye moverse en embarcaciones a canalete por un lapso de no menos de 7 días desde el bajo Delta hasta el puerto de Barrancas del Orinoco en Monagas, tomando un descanso de unos tres días, para continuar la ruta hacia San Félix navegando.

El objetivo de los waraos es llegar a Brasil. En un viaje a todo riesgo para cruzar la frontera caminando y pidiendo cola.

Los datos manejados por ACNUR revelan que el 65% de los indígenas venezolanos registrados en Brasil son solicitantes de asilo, de ese grupo, el 66% pertenece a la etnia warao.

Hasta junio de este año, la agencia contaba que en Roraima había aproximadamente 1.300 indígenas de este grupo étnico. En Pará más de 970 y en Amazonas 600.

Radio Fe y Alegría Noticias afirma que el grupo se desplaza en al menos 49 embarcaciones.

Kapé Kapé pudo confirmar con voceros de Barrancas del Orinoco, que este éxodo de indígenas warao comenzó desde hace un mes aproximadamente y que este es el grupo más grande que se ha movilizado en conjunto hasta ahora.

Habitantes de Barrancas del Orinoco afirman que en el último mes han llegado al menos 400 personas provenientes del bajo Delta y que muchos permanecen en la localidad.

La precaria situación de servicios básicos, agravada por las crisis sanitaria y alimentaria, son las razones por las que este nuevo grupo de indígenas se suma al fenómeno de migración forzada que se registra desde hace varios años en el Delta venezolano.

“Ya se han venido varios waraos del bajo Delta, según que se van para Brasil porque están pasando mucho trabajo en sus comunidades”, afirmó la fuente.

Waraos en un refugio en Brasil

Las condiciones cada vez más asfixiantes en las que viven los indígenas waraos en los caños del Delta siguen siendo detonantes para la explosión del fenómeno de migración forzada que protagoniza este pueblo desde los últimos años.

Además de cruzar la frontera, muchos otros salen de sus comunidades hasta Tucupita, Bolívar y Monagas, en busca principalmente de alimentación y salud.

Recordamos que un aproximado de 40 familias, en su mayoría provenientes del municipio Pedernales, pasaron 3 meses en las calles de Tucupita, adonde llegaron buscando comida y medicinas.

A finales de septiembre falleció una niña de  un año y seis meses de la comunidad de Punto Eloy, que formaba parte de este grupo que pernoctaba en el paseo Manano. Señalaron que se enfermó al llegar a Tucupita, falleciendo a los dos días sin ninguna atención.

A pesar del temor de estas familias por regresar a sus comunidades de origen por la falta de condiciones, hace dos semanas la gobernación de Tucupita los llevó de vuelta a sus sectores, sin mayores garantías de que tendrían la atención que necesitan. Las razones que motivan a los indígenas venezolanos a migrar no son distintas a las que  motivan  en  general  a  los  venezolanos  no  indígenas,  de acuerdo con el  Informe  Migración Indígena  realizado por Kapé Kapé en 2019,  las principales  razones  para  migrar  fueron  la  búsqueda  de  oportunidades  y  el  empleo  con (55%,)  seguido  del  hambre  con  (42%),  es  decir  en  casi un 100% de esta poblaciones, el desempleo, la escasez de alimentos, aunado a la falta  de medicinas y el  deterioro de los servicios públicos han sido razones más que suficientes razones para abandonar los territorios indígenas.

KAPÉ KAPÉ/FOTOS REFRENCIALES

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