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Gerónimo Figueroa Figuera
CNP: 569

La destrucción de Venezuela como país por parte del resentido social, Hugo Chávez, que en mala hora para Venezuela nació en Sabaneta de Barinas y Nicolás Maduro como sucesor, es una vaina sin precedente en el mundo. Venezuela antes que llegara la peste roja en 1999 a pesar que el precio del petróleo a nivel mundial estaba entre nueve y doce dólares el barril, era un país transitando por los caminos del progreso donde no había escasez de productos porque todas sus industrias producían para abastecer internamente y el excedente lo exportaban al exterior con lo cual se compensaba en parte las divisas que dejaban de entrar por los precios petroleros.

Esa época cuando en el país se respiraba progreso y desarrollo el salario mínimo nacional para los oficios no clasificados rondaba los doscientos dólares mensuales, aunque algunos sindicatos por contrataciones colectivas lo habían. En ese salario mínimo nacional establecido por decretos leyes dictados por los gobiernos democráticos antes de la llegada de la peste roja estaban insertadas las remuneraciones que recibían los abuelos de la tercera edad, quienes después de haber cumplido con el tiempo establecido como trabajador regular en cualquier empresa o dependencia del estado, y llegar a la edad establecida por la ley que rige la materia, pasaban a ser pensionados por el Seguro Social.

El salario que devengaban técnicos medios y superiores rondaba entre cuatrocientos y ochocientos dólares mensuales, mientras que los profesionales universitarios devengaban salarios por encima de mil dólares mensuales. Eso hacía de la clase media venezolana una de las mas robustas de Latinoamérica, con capacidad adquisitiva para comprar todos los productos de la canasta básica y alimentaria. Cada cierto tiempo ese técnico o profesional universitario entregaba el vehículo en uso como cuota inicial para adquirir uno mas nuevo o mas grande porque la familia había crecido, igualmente pintar la vivienda y vacacionar con la familia. Hoy la mayoría de esos vehículos están paralizados por falta de repuestos o escasez de gasolina, las viviendas están descoloridas y la frase vacaciones familiares se borró de su diccionario personal. Hoy todos los salarios se igualaron con el mínimo de ochenta centavos de dolar.

En ese mismo orden, o peor, están los tres millones y medios de pensionados por el Seguro Social que reciben por remuneración cuatrocientos mil bolívares mensuales, equivalente a 80 centavos de dólar y una vaina inventada por Maduro que llaman bono contra la guerra económica de novecientos mil bolívares mensuales, equivalente a un dólar con 80 centavos, que sumados a lo que es la remuneración de la pensión, en total son dos dólares con sesenta centavos, que solo alcanza para comprar un kilo de queso blanco duro o media caja de pastillas para la tensión. Esto pone a los pensionados a decidir si comen queso o compran la media caja de pastillas para la tensión.

Sin embargo, el mal llamado bono contra guerra económica inventado por Maduro que antes lo pagaban el mismo dia con lo correspondiente a la pensión, lo cual permitía que los pensionados manejaran el mismo dia un poquito mas de dinero, después inventaron pagarlo en los primeros cinco días del mes a través una vaina que llaman página patria, donde antes de dar acceso al dinero presentan una cantidad de preguntas que por su contenido son de carácter control social. Después de terminado el interrogatorio es que los interesados pueden transferirlo a una cuenta regular de otro banco para poder utilizarlos.

¡Ah!, pero como si el atropello contra los pensionados fuese poco, ese cronograma de los primeros cinco días para cancelar el mal llamado bono contra la guerra económica no se cumple, y siempre lo hacen pasados esos días, un viernes en la tarde, lo cual cuando es transferido a la cuenta regular del banco solo se hace efectivo el día martes posterior a la transferencia. Es toda una maniobra perversa y maquiavélica contra esos seres humanos que su único delito es ser de la tercera edad y estar pensionados por el Seguro Social después de haberlo dado todo en sus tiempos de producción útil para el país.

En octubre 2020 fue perversamente calculado, el mal llamado bono contra la guerra económica del que tanta alharaca hacia Maduro en el pasado reciente, ya ni lo nombra, lo depositaron el viernes 10 en la página patria pero el lunes 12 de octubre fue feriado bancario, lo que significó que después de la acostumbrada transferencia a otro banco por parte de los pensionados, solo se hizo efectivo el miércoles 14 en la tarde, cinco días después. La maldad elevada a la máxima expresión. ¡Es como si fuese un plan de extermino planificado contra esos venezolanos que eran los que producían para el país cuando los que hoy gobiernan no existían!

En lo que fue la comunista Unión Soviética y ahora en la Rusia como su heredara principal nunca se reconoció el derecho a ser pensionado. Igualmente, en Bielorrusia, Cuba y Corea del Norte como satélites de lo que fue la Unión Soviética, tampoco existe el derecho de la tercera edad a ser pensionados. En marzo 2020 un aprendiz de comunista, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, declaró públicamente que los pensionados eran una carga muy grande para el presupuesto de ese país y que bebía ser revisado para una mejor inversión. ¡Así tratan los comunistas a los abuelos de la tercera edad!

Hoy en Venezuela en medio de esa tragedia vemos un circo electoral para diciembre donde participan unos que dicen ser opositores, mientras que otro sector opositor asegura que consultará para ver si los venezolanos quieren que termine la crisis y al mismo tiempo dicen que seguirán luchando hasta conseguir elecciones presidenciales libres y creíbles. Mientras que Maduro anuncia la creación del Consejo Superior Militar integrado por rusos, chinos iraníes y cubanos, en demostración que está mas fuerte que nunca. Este cuadro muy oscuro hace que la inmensa mayoría de venezolanos que ganan ochenta centavos de dólar mensual, sigan huyendo con destino incierto caminando por las carreteras de Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina o Brasil, porque piensan que no hay solución para la terrible crisis humanitaria. La muerte de dos abuelos por desnutrición sigue marcando la pauta del hambre en Venezuela.

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